Joel Hernández Santiago
No cabe de contenta la virtual presidenta electa de México, Claudia Sheinbaum, luego de dar a conocer a seis de los personajes que pasarán a ser parte de su gabinete Ejecutivo. En general se asume, en principio, que ellos y ellas tienen experiencia en la materia que habrá de tratar.
Algunos ya han adelantado cuál es el encargo principal que se les ha hecho a fin de que su trabajo como secretarios de Estado esté acorde con la continuidad de la 4-T. Obedientes dicen que seguirán la línea que les marcará su ahora jefa y que ‘Seguirán haciendo historia’ como ha marcado también el presidente Andrés Manuel López Obrador.
Así que de las 21 posiciones del gabinete legal –20 secretarios de Estado, o de Despacho”, como se les designa en la Constitución, así como la persona encargada de la Consejería Jurídica–, Sheinbaum ya nombró a siete. Seis el jueves 20 de junio, más el titular de Hacienda, Rogelio Ramírez de la O, a quien ya se había decidido semanas antes y quien se mantiene en el cargo.
Los nombramientos fueron: Marcelo Ebrard, como secretario de Economía; Juan Ramón de la Fuente, Relaciones Exteriores; Rosaura Ruiz, Ciencia; Alicia Bárcena, la canciller en funciones, en Semarnat; Julio Berdegué, Agricultura, y Ernestina Godoy, como consejera jurídica.
La novedad es que no hay novedad. Son personajes que han trabajado largo tiempo en la administración pública, pero en particular han estado cerca o trabajando con el presidente López Obrador, por tanto bien puede decirse que esto es, de otro modo, lo mismo.
Acaso la virtud de esta primera lista radica en que a los que están en funciones se les asignan tareas vinculadas con su formación académica y experiencia como funcionarios en la administración pública, como es el caso de la ahora canciller Alicia Barcena.
A ella, bióloga de profesión, se le habilitó en asuntos de Relaciones Exteriores en sustitución de Marcelo Ebrard quien compitió como Corcholata para ser el candidato presidencial, sin conseguirlo. Hizo un trabajo mediano tratando de solucionar los conflictos internacionales del presidente, evadiendo su propia consigna de respetar la “Doctrina Estrada”: la no intervención en asuntos de otros estados. Pero nada, ahí están España, Austria, Perú, Argentina y más.
Ahora en la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat) podrá aplicar su experiencia en la materia, desde que trabajó en el gobierno de Miguel de la Madrid y a su paso por organismos internacionales, como la ONU.
El caso de Julio Berdegué es novedad, pero no tanto. Trabajó en la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), pero estuvo cerca de Claudia Sheinbaum durante toda su larguísima campaña electoral.
La expectativa es que en efecto su llegada corresponda a esa experiencia y garantice que los grandes problemas del campo y de la agricultura y agricultores se recuperen del abandono en el que se les ha tenido estos más de cinco años.
Rosaura Ruiz Gutiérrez pasará de la Secretaría de Educación de la Ciudad de México a la “Secretaría de Ciencia, Humanidades, Tecnología e Innovación” (que incluye a Conahcyt) y tiene como responsabilidad adquirida llevar a cabo el proyecto de las universidades nacionales “Rosario Castellanos” y la “Universidad de la Salud”. Pudo ser la secretaria de Educación, pero ese puesto está comprometido por Palacio Nacional.
Juan Ramón de la Fuente ha estado muy cercano al presidente y fue representante de México ante la ONU y en el Consejo de Seguridad de esta Organización en el periodo asignado a nuestro país. Fue rector de la UNAM y es un hombre vinculado con los temas internacionales luego de las experiencias adquiridas en foros internacionales. Y tendrá que garantizar que México recupere el prestigio y la confianza perdidos durante estos cinco años.
Ernestina Godoy entra como consejera jurídica de la Presidencia. Extraño. No es un perfil de este nivel cuando tendrá que lidiar con los asuntos que atañen a la legalidad y a la responsabilidad legal de la presidencia y la relación con los otros poderes en la materia.
Ella fue Fiscal de la Ciudad de México y su trabajo ahí fue altamente cuestionado por el presunto manejo discrecional de casos que tenían que ver con el poder político.
Y Marcelo Ebrard, el hombre mil usos. El hombre que lo mismo le golpean la testa y la levanta para dar las gracias. El mismo que repudió la famosa consulta interna por la que la Corcholata Claudia Sheinbaum ganó la candidatura a la presidencia impulsada por el presidente de México…
Ha hecho de todo en la vida. Ha recorrido partidos. Se ha ocupado de tareas distintas a lo que es su formación académica como egresado de Relaciones Internacionales de El Colegio de México.
Y sí, es lamentable su actitud frente a los embates políticos.
Y sin embargo es difícil de creer que esta primera lista no pasó por la revisión de López Obrador. Y lo dicho: la mayoría de ellos provienen de trabajar con él, y los que no son gente que representa una garantía de fidelidad, que es la que tanto llena al actual presidente.
Y sin embargo los nombres pierden significado cuando la realidad se les imponga. Y cuando tengan que responder a los grandes temas de su materia con base en su conocimiento y aporte a la integración nacional o bien seguirán la línea actual de la obediencia y el silencio.
¿Será un gabinete sumiso y callado como sigue siendo el actual gabinete presidencial?
El tiempo nos dirá si estos nuevos funcionarios tienen arrestos para defender a México y los mexicanos o simple y sencillamente defenderán, obedecerán y callarán ante su jefa en turno y ante los mandatos desde Palenque. Lo veremos pronto.