Mientras, los organizadores esperaban un lleno de la Plaza de la República pero el cálculo falló… se quedaron cortos; las calles aledañas se desbordaron.
Redacción MX Político.- No solo clases medias y altas, sino también contingentes visibles de los llamados sectores populares, se dieron cita a lo largo del Paseo de la Reforma y alrededor del Monumento a la Revolución, en la llamada Plaza de la República, la mañana de este domingo 13 de noviembre del 2022.
La gente iba a escuchar un discurso. Algo raro, porque pocas veces la ciudadanía se detiene; aparta un lapso de su “sagrado domingo” para ir a escuchar a un orador en un evento cívico; no a un político… menos a un intelectual como José Woldenberg.
Y sin embargo, la gente acudió espontáneamente; esperó, escuchó paciente, meditó y hasta aplaudió… y vitoreó.
Sin la torta ni el frutsi como monedas de curso; y sin “la foto de Diego Rivera” de por medio como forma de pago, la gente escuchó consciente la pieza oratoria de quien fuese el primer presidente del Consejo General del Instituto Federal Electoral (IFE), José Woldenberg y en este caso, el único orador del evento.
Mientras los organizadores esperaban un lleno de la Plaza de la República, el cálculo falló… se quedaron cortos; las calles aledañas se desbordaron, por lo que el sistema de sonido fue insuficiente. Faltaron los recursos ilimitados del Gobierno para que el evento saliera perfecto, como en las manifestaciones de Morena.
El intelectual al micrófono fue claro: “Estamos aquí con un objetivo claro y trascendente: defender el sistema electoral que varias generaciones de mexicanos construyeron, que ha permitido la convivencia y competencia de la pluralidad y la estabilidad políticas, la transmisión pacífica de los poderes públicos y la ampliación de las libertades.”
Igualmente, recordó el politólogo de la UNAM a su auditorio el porqué estuvieron ahí reunidos para ejercer sus derechos… uno de ellos y de los más sagrados: el propio derecho a manifestarse.
“Somos parte de una marea de opinión que defiende a la democracia”, dijo Woldenberg enfático.
E indirectamente lanzó a su auditorio el orador, un exhorto a medirse con el rasero de lo histórico; conminó a valorarnos como sociedad, en función de lo logrado a lo largo del tiempo, en esos 200 años de vida independiente que México tiene como país.
Palabras más, palabras menos, José Woldenberg convocó a sus oyentes a repensarnos como conglomerado humano, en una retrospectiva que repase la época del país de un solo partido; de un presidencialismo opresivo; y más atrás aún, de un país de elecciones “sin competencia”, atributo este que no solo ocurrió cuando la lucha política se daba entre ritos o entre logias masónicas, porque no había partidos, hacia el último cuarto del siglo XIX… sino que la referencia del orador es también al contemporáneo tiempo del último cuarto del siglo XX, cuando aún con partidos legalmente constituidos, hubo un candidato presidencial que compitió sin oponente… y ganó. Hubiera sido el colmo que ese candidato perdiera aquella elección.
Al sacudir con su arenga Woldenberg, aludió a aquel México con poderes constitucionales que funcionaban como apéndices del Ejecutivo, cuyo recuerdo evoca a un país de los siglos XIX y XX… pero también del XXI, pues la injerencia del Ejecutivo en otros poderes desvergonzadamente se asoma de vez en vez en los últimos días, en plena tercera década de este nuevo siglo, amenazando la dignidad de las instituciones de un país como el nuestro, que ha pagado con sangre, sudor y lágrimas, la consolidación de un régimen de separación de poderes.
Un discurso que reseñó incluso a un país con medios de comunicación mayoritariamente oficialistas, que gracias a ese afán de cambio, por la dignificación de la vida cívica y pública de México, en los últimos años se le ha dado paso a la libre expresión y a la recreación de la diversidad política.
Con ese afán de cambio, llegaron aparejados también “las elecciones libres, disputadas y creíbles; los Congresos plurales; los gobiernos de diferente orientación; la existencia de pesos y contrapesos en el entramado estatal y sin duda, una espiral virtuosa que amplió el ejercicio de las libertades”, resumió Woldenberg.
“Que lo anterior fuera posible –convino el expositor- requirió de movilizaciones, luchas, denuncias, acuerdos-muchos acuerdos- y sobre todo conformar normas e instituciones electorales capaces de ofrecer garantías de imparcialidad y equidad a la diversidad de fuerzas políticas que modelan el país”.
Y así, sintetizó José Woldenberg el contexto histórico en el que se consolidó el Instituto Federal electoral (IFE) primero y hoy, Instituto Nacional Electoral(INE).
Hubieron de transcurrir numerosos procesos legislativos al paso de los años.
“Ocho reformas se llevaron a cabo entre 1977 y 2014 y los resultados están a la vista. Fue necesario edificar autoridades electorales autónomas, tribunales capaces de desahogar la aguda conflictividad, construir condiciones equitativas de la competencia…”.
Así entonces planteó el surgimiento de aquella feliz eventualidad, que aun es digna de ser evocada, celebrada y hasta invocada de vez en cuando: “la alternancia constitucional y pacífica –subrayo, pacífica- del poder presidencial, ocurrió por primera vez en México, gracias a ese afán, llevado a proceso democratizador. En casi doscientos años de vida independiente, nuestro país nunca lo había logrado”.
“Esa democracia se construyó con el trabajo de millones, de varias generaciones de mexicanas y mexicanas, cuyo edificio culminante fue el del Instituto Nacional electoral (INE).
“Hoy –refirió el orador con énfasis- se quiere destruir una buena parte de todo ese andamiaje electoral y político creado para consolidar una vida de pleno espíritu democrático en nuestro país, aunque no es, por mucho, reconoce Woldenberg, un paraíso democrático el que hemos construido en México, es apenas si acaso una germinal democrática… aun así, dice, “nos ha permitido asentar la pluralidad pólítica y que la misma pueda coexistir y competir de manera pacífica”.
“Nuestro país no merece regresar al pasado, porque lo construido permite elecciones auténticas, piedra angular de todo sistema democrático”, señala ; “México no puede destruir las destrezas profesionales, los conocimientos adquiridos y el compromiso de los funcionarios que integran los servicios profesionales electorales.
“Hacemos un llamado a todos los grupos parlamentarios”, dijo Woldenberg, para defender al INE de cualquier intento de desmantelamiento total o parcial… o de modificación a su naturaleza legal para ponerla al servicio del Ejecutivo para fines ideológicos.
E hizo en el epílogo del discurso, un pliego de negaciones y un par de afirmaciones, producto de una síntesis puntual de las aspiraciones recogidas de las más de 50 organizaciones civiles que respaldaron la Marcha por la defensa del INE de este domingo, como de todos los partidos políticos de oposición:
“No a la destrucción del INE”;
“No a la destrucción de los institutos locales”;
“No a la destrucción de los tribunales locales”;
“No a la pretensión de alinear a los órganos electorales a la voluntad del gobierno”;
“No al autoritarismo”;
“Sí a la democracia”;
“Sí a un México democrático”.
Así entonces, luego de observar la que ya pudiera ser considerada la manifestación civil más grande de la historia de México (fueron varios cientos de miles en la capital de la República y se rebasó el millón de asistentes incluyendo las principales ciudades de la República y el extranjero), una primera idea podría esbozarse con claridad por cualquier observador: que gran parte de la ciudadanía se decidió a decir “no” y a decir “ya basta” de tanto atropello por parte del Gobierno Federal actual; y una segunda idea, es sugerida a partir de este naciente activismo cívico; al cual, si se le imbuye de un espíritu político de cara a las elecciones del 2024, con planeación estratégica y con activismo racional e intensivo durante año y medio, Morena podría perder la Ciudad de México y la Presidencia de la República.
Pero para ello es menester la unidad en lo fundamental y que no existan personalismos, envidias, celos e intrigas que dividan y al mismo tiempo, que se vayan estableciendo los acuerdos para buscar candidaturas de unidad que le den fortaleza a la Alianza Electoral con base en un proceso de selección eminentemente democrático, en el que participen solamente quienes caractericen a las opciones más competitivas entre prospectos del PRI, del PAN, del PRD y de Movimiento Ciudadano (MC).
Así que, no nos queda más que esperar, a que los líderes sociales y políticos se reúnan a deliberar sobre las lecciones que dejó la marcha de este domingo, para conocer sus propios alcances; para ver los efectos que surta este impresionante movimiento de masas.
Pues como lo sugirieron no solo Woldenberg desde el estrado, sino los diferentes líderes de partidos políticos entrevistados sobre el particular, como el expresidente Vicente Fox, el diputado Santiago Creel Miranda, el dirigente nacional perredista Jesús Zambrano Grijalva y la alcaldesa Lya Limón, entre otros dirigentes y líderes consultados: “Hoy se estaría vislumbrando un gran parteaguas en la narrativa y en la historia política moderna de nuestro país… se estaría delineando con este acto cívico, el declive de la popularidad y de la aceptación del actual presidente como de su movimiento político, Morena. “
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El cargo Un parteaguas en la narrativa se vislumbra apareció primero en Noticias MX Político.