Anahí García Jáquez
Inglaterra. Década de los 30´s. Hetton Abbey es el hogar de la familia Last, compuesta por el matrimonio Tony y Brenda, así como su pequeño hijo John Andrew. Hay problemas en el paraíso y no se ve una solución, por lo que esta pareja pasará por mucho antes de intentar disolver su unión.
Un puñado de polvo es un trabajo del escritor inglés Evelyn Waugh, quien sitúa su novela en un periodo de tiempo entre las dos guerras mundiales y que va del campo y la ciudad para contarnos la historia de Tony Last, cuya relación con su esposa Brenda se deteriora debido a que sus intereses son completamente dispares, pues mientras ella suspira por vivir en la vibrante Londres, él no puede dejar su finca Hetton Abbey, la que es su herencia y a la que se aferra a pesar de que es difícil mantenerla en buen estado.
El tedio está haciendo estragos en Brenda, la cual comienza a hacer una vida aparte en la ciudad y aprovecha para engañar a su esposo con John Beaver, un joven cuyo mayor talento es su labia y la utiliza de acuerdo con los intereses que vaya persiguiendo. La vida de los Last se trastoca cuando la tragedia los alcanza, pues con ello su vida da un giro de 180 grados, obligándolos a tomar decisiones que de otra forma no lo hubiesen hecho.
El autor nos hace un retrato de la gente perteneciente a la gentry, quienes pertenecen a la alta sociedad pero que carecen de títulos nobiliarios, por lo que a pesar de tener una muy buena posición económica, no son considerados como aristócratas del todo. En un tono satírico, se nos muestra cómo esta gente vive de su nombre y de su status, el cual se representa en las propiedades y extensiones de tierra que poseen y que, sin todo ello, son nada y es la razón por la cual hacen hasta lo imposible para conservarlas, aunque ello les requiera toda su atención y energía como es el caso del protagonista y su mansión rural.

Aunado a ello, está también su buen nombre, el cual cuidan pues no es bueno andar en boca de todos y por eso recurren al clandestinaje, en el cual se resguardan para dejar salir a su verdadero yo. Es pues como queda de manifiesto la hipocresía, la decadencia, la doble moral, la farsa, los esfuerzos sobrehumanos para escalar, pertenecer y mantenerse en las altas esferas, la frivolidad y la pérdida, siendo estos los temas contados de manera tal que el lector no podrá evitar soltar una risa, pues el autor lo hace en forma de una tragicomedia dotada de humor negro, la cual es deliciosa y hace que el lector se involucre de lleno con el libro.
Sin duda alguna, uno de los atractivos principales de Un puñado de polvo son sus personajes, quienes en nombre del hastío que los consume son capaces de cometer errores garrafales y buscarse problemas donde no los hay, todo con tal de llenar sus vacíos. El autor jamás los juzga, por lo que el texto no intenta dar lecciones de moral y deja a criterio del lector la idea de si éstos han obtenido su merecido o no, sintiendo a ratos simpatía por ellos, más nunca indiferencia. Es así como este libro se siente como un chisme de los muy sabrosos, aquellos que se platican con mucha gracia pues está provisto de engaño, superficialidad, cinismo, adulterio, arribismo, ridiculeces y dinero, que es lo que mueve al mundo y, más en específico, a Tony y Brenda.
Un puñado de polvo. Evelyn Waugh. 1934. Editorial Impedimenta.




