La insoslayable brevedad
Javier Roldán Dávila
Si hubiera terapia para el síndrome ‘me la pelan’ cuantas tragedias se evitarían
Al margen de que Luis Videgaray no es el único sospechoso de incurrir en conductas punibles, en el marco de la Estafa Maestra, no cabe duda de que es un objetivo básico para la 4T, el poder que acumuló durante el pasado sexenio lo convierte en un súper pez gordo.
Además, los desplantes para con sus cómpli…perdón, compañeros de causa, le generaron animadversiones por doquier. Justamente, Emilio Lozoya, Rosario Robles y Emilio Zebadúa, lo han puesto en la picota, pero hay otro agraviado por su soberbia que le trae ‘hambre’: Santiago Nieto, titular de la Unidad de Inteligencia Financiera de la SHCP.
Desde Cambridge, Massachusetts, el ex titiritero de Enrique Peña Nieto, se trata de mostrar tranquilo, pero sabe muy bien que la derrota de Donald Trump, impedirá que su amigo, Jared Kushner, le brinde protección, a menos que se traslade a Israel, con el aliado sionista Benjamín Netanyahu.
Sabedor de que la embestida va más allá de lo mediático, Videgaray debe estar armando su defensa legal, lo cual augura un largo proceso, pero si su tema se convierte en un caso de Estado para don Andrés, llegará el lapso en que le venga el llanto y el crujir de dientes.
Inteligente, sin duda, el übermensch del peñato, se envaneció al grado de no contemplar la derrota del proyecto transexenal, que diseñó en los tiempos de gloria del Momento México.
Hoy las circunstancias le son adversas, la tormenta se aproxima con furia y el otrora empoderado, no encuentra puerto seguro, el destino lo alcanzó. ¡¡¡Ojo Gatell!!!