JUAN ANTONIO TORRES
El registro de los precandidatos a gobernador, para Chihuahua por MORENA, el pasado sábado fue un desfile de personajes variopintos que nos hicieron recordar los viejos tiempos del priismo rapaz y hegemónico, que cuando no ganaba a la buena, atropellaba la voluntad popular sin chistar.
Así pues, la clase política de la vasta entidad y el tejido social observaron la pasarela por la cual se atrevieron a caminar la mayoría de ellos, personajes tétricos, personajes turbios, figuras por demás desgastadas y cuestionadas que solo iban en calidad de relleno, de comparsa, sin la menor posibilidad de trascender en sus escuálidas expectativas en el proceso electoral del 5 de junio del 2021.
Observar esa numerosa inscripción de suspirantes, ocho en total, fue la comidilla de propios y extraños, de tirios y troyanos.
Todos ellos con el sueño guajiro de sustituir a “El Talegas” Javier Corral Jurado, el gobernador de ascendencia panista, el peor que hayan tenido los chihuahuenses en por lo menos los últimos 40 años.
Llamó la atención el registro del alcalde independiente, de Ciudad Juárez, Armando Cabada Alvidrez, porque fue el cuestionado edil quien en complicidad con otros putrefactos personeros de aquellas latitudes fronterizas quienes, le hicieron de agua, le robaron la elección al morenista, Javier González Mocken, en las elecciones del 2018.
El yuppie de la televisión, del canal 44, quería reelegirse a como diera lugar, para buscar la coyuntura del 2021. Si no le alcanza para la gubernatura, mínimo contender por una diputación federal, y así tener fuero, blindarse ante la latente posibilidad de que vaya a ser acusado de malos manejos durante su mandato por casi cinco años.
En ese contexto, Carmen Almeida Navarro, no se quedó atrás en lo que se refiere a las críticas y los cuestionamientos ya no digamos de los inmaculados morenistas, sino de los azules, los tricolores y los del sol azteca, porque esta mujer es hermana, del empresario, Eduardo “Lalo” Almeida, socio del ex mandatario de Chihuahua, el ballezano, Cesar Horacio Duarte Jaques, preso en los Estados Unidos, desde el pasado 8 de julio, casuísticamente durante la única gira que ha tenido AMLO fuera del país, para ponerse de tapete ante el inquino de la Casa Blanca, el rabioso racista, Donald Trump, quien estaba por arrancar su periplo partidista con miras a reelegirse en la contienda del pasado 3 de noviembre que perdería de calle, frente al demócrata, Joe Biden.
Pero no solo destacaba ese pequeño detalle de Almeida, sino porque también, su consanguíneo, quien literalmente radica desde hace un buen rato, en Dubai, esta enchufado desde hace mucho tiempo con el capo del crimen organizado, Noe “El Flaco” Salgueiro, un empresario exitoso ligado al bandido oriundo Badiraguato, Sinaloa, Joaquín Archibaldo Guzmán Loera, el reputado, “Chapo”.
“Lalo”Almeida, es también compadre del ahora inepto titular del Ejecutivo estatal. El cuestionado empresario, operaba con la clase política, y con la narco-cracia.
Con todos se daba gusto, con tal de multiplicar su emporio económico.
También se atrevió en inscribirse como precandidata, la senadora morenista, Bertha Caraveo, una grisácea mujer quien se ha “distinguido” en los dos años que lleva levantando el dedo en la cámara alta, por obedecer a ciegas lo que le dicta el zacatecano, el líder cameral, Ricardo Monreal.
Cero iniciativas, cero gestoría por sus paisanos, que no la conocen más que en las fotografías. La suculenta dieta que cobra cada quincena, es su menú favorito… El ex secretario de Desarrollo Social, Víctor Quintana Silveyra, quien hablaba pestes del tabasqueño, cuando se puso a cobrar al lado de Corral Jurado como responsable de las políticas sociales desde el régimen del Nuevo Amanecer, que abandero desde octubre del 2016, que se fueron al caño, porque “El Talegas” ha tenido un gobierno fallido en todos y cada uno de los rubros de su administración. Propios y extraños, vomitan y repudian al ex perredista, por veleta y traidor.
Un judas en toda la extensión de la palabra.
Juan Carlos Loera de la Rosa, el ex súper delegado de MORENA, quien fue ungido como “virrey” desde el 2018, exhibió lo burdo que ha sido siempre al hacerse acompañar por varios tarahumaras, para que constataran los jerarcas del partido guinda, y obvio, el propio, Mario Delgado, “que tiene pueblo”, cuando en los hechos el frustrado aspirante a edil de Ciudad Juárez, en el 2016, como el máximo responsable del gobierno federal, se caracterizó por el tráfico de influencias, los turbios manejos y el nepotismo entre sus familiares y compinches a lo largo y ancho del territorio estatal, de donde obtendría recursos millonarios para promocionar su imagen, como un inmaculado exfuncionario. En los hechos, un pillastre.
No se quiso quedar atrás, el hasta hace poco, líder estatal de Morena, Martin Chaparro, un dirigente que carece del perfil como para aspirar a tan alto encargo, cuando no ha sido ni diputado local, mucho menos alcalde. El chiste era aparecer en la foto.
El empresario, Rafael Espino de la Peña, al inscribirse en la lista de aspirantes a gobernador, en la sede de Morena, en la capital del país, en un abierta crítica ante el alicaído gobierno panista de Corral Jurado, subrayo que “Chihuahua está atrapado en la politiquería del mandatario estatal, mientras la economía está colapsada, así como el sector salud, en una sola reflexión, nuestra realidad dista mucho de ser el estado grande de nuestro país”.
La clase política y empresarial, saben que el único amigo de tiempo atrás de AMLO, es sin lugar a dudas “Falo” Espino, mas allá de que en su palmarés personal, no figure una destacada experiencia en la administración pública, como tampoco encargos de extracción popular.
Su fortaleza, en pocas palabras, es su cercanía con AMLO. Su principal falencia, que nadie lo conoce. Ganar los comicios en Chihuahua, no es una tarea fan fácil, porque el blanquiazul con todo y el pésimo gobierno de Javier Corral, tiene muchas posibilidades de repetir, si Morena, da un paso en falso.
El senador, Cruz Pérez Cuellar, quien sin mucha alharaca, también acudió a su registro, solo acompañado de su familia, al ser entrevistado por los reporteros, señalarí a que “Chihuahua tiene que cambiar y nada nos va a detener, pues el deseo de cambio de la ciudadanía sigue su marcha indeclinable hacia adelante, así le pese, al gobernador panista, quien se la pasa lamentablemente en los campos de golf, viajando en jets privados, o en vuelos con todo el lujo del mundo, ignorando por desgracia las múltiples carencias y necesidades de los pueblos serranos y de las comunidades rurales, rehenes del narco y la criminalidad. Esa es una triste realidad que no podemos tapar, que flagela a hombres y mujeres.
El senador, Pérez Cuéllar, es sin duda el morenista, mejor posicionado en todas las encuestas de opinión, pero la “guerra sucia” que le ha orquestado desde palacio de gobierno, su compadre, Javier Corral, quien lo ha involucrado en la “nómina secreta” que tenía el turbio exmandatario estatal, Cesar Duarte, que fue interpuesta una denuncia formal ante la cámara baja, buscando su desafuero.
Descarrillarlo para que no contienda.
Si no procede tal demanda, es muy probable que gane los comicios y se convierta en su verdugo después del 5 de junio del 2021.
“El miedo no anda en burro” reza un viejo adagio.
Son muchos, los que quieren, “sacrificarse” por Chihuahua, mas allá de sus virtudes y defectos, solo uno será palomeado, por el Mesías que despacha en palacio nacional. Lo de la encuesta, es una falacia, una narrativa que nadie cree…..
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