La insoslayable brevedad
Javier Roldán Dávila
Lo exorcizaron de la Casa Blanca, más no de 70 millones de mentalidades
A las 20 horas, tiempo del centro de México, con los datos disponibles, la victoria del candidato demócrata a la presidencia de los Estados Unidos, Joe Biden, parece irreversible.
Aunque Donald Trump, impugnará el resultado en las entidades en las que la diferencia de votos es mínima, resulta complicado que la Corte Suprema invalide los comicios, por la inestabilidad política y económica, a nivel global, que esto implicaría.
Relata un analista, que la campaña del aún presidente, careció de propuestas, todo fue mentiras y/o propaganda, en particular acusar que, si ganaban sus adversarios, la nación caminaría al socialismo. Vendió el voto del miedo y estuvo a un tris de tener éxito.
Como mandatario, insistimos, sino ocurre nada extraordinario, Biden tendrá que reencarrilar a su país en los causes del multilateralismo, en lo externo y, en lo doméstico, cicatrizar el tejido social, que fue maltratado por el supremacismo, encubierto, de Trump.
En lo que atañe a México, mucho se ha dicho que la 4T apostó por el republicano, pero, en cualquier sentido, los vecinos del norte tienen intereses, no amigos. Así pues, la relación será tortuosa, como siempre, las simpatías personales contribuyen, pero no definen.
A pesar de la derrota, la semilla del trumpismo ha germinado, por lo que no hay que echar las campanas al vuelo, los políticos estadounidenses tendrán que (tratar de) resolver las causas que propiciaron el fenómeno, de lo contrario, será cosa de tiempo para que resurja.
Pedimos que no haya una voltereta, sino, lo dicho, será inútil. Los riesgos de pronosticar.