Por muchos años, los mexicanos hablamos en general de la existencia de dos Méxicos: El del norte y el del sur. El primero correspondiente a la parte más desarrollada y el segundo al México atrasado; el de mayor pobreza y menos oportunidades.
Hace unos meses, el presidente Enrique Peña Nieto reiteró esa misma óptica del México dividido, al presentar un decálogo de acciones en pro del avance del país y señaló que existen dos Méxicos: El de la desigualdad y marginación y otro de desarrollo con vistas al futuro.
Sin embargo, esa es una división para nuestros tiempos, bastante simplista, porque ricos y pobres hay en toda la geografía nacional.
En México se viven varias realidades a la vez.
Está el México de los que tienen el poder económico y hasta político y el México que sufre las consecuencias de las decisiones de los primeros, porque la mayoría de las veces las implementan con el interés propio o de grupo.
Existe el México de unos cuantos ricos y muchos pero muchos, millones de pobres.
Unos viven en el México de las oportunidades y del amiguismo, otros en el México de los obstáculos y del sojuzgamiento.
Está el México de la publicidad positiva y el optimismo y el México de la realidad en donde ni siquiera la ley se imparte con verdadera igualdad.
Existe también el México de los que se hacen justicia con su propia mano y de los que nos vemos entrampados dentro de un sistema judicial perezoso, inconexo y carente muchas veces de lógica.
Se ubica al México de los que sólo creen en las telenovelas rosas de la Televisión y el México de los que intentan con muchos obstáculos ver y opinar sobre otros horizontes.
El México de la inseguridad, la corrupción y el que señalan como el de todo va mejor –cuando todo va peor.
La vil anteposición quizá sea el México de los cuates, contra el México de los desunidos, de los apáticos y de los debilitados.
Acta Divina… El presiente Enrique Peña Nieto señaló que México avanza con decisión y en la ruta correcta, es un país en ascenso con sólidos fundamentos para alcanzar un mejor futuro, aseguró el presidente Enrique Peña Nieto, al participar en la 97 Asamblea General Ordinaria de la confederación Nacional de Cámaras Industriales (Concamin).
Para advertir…Yo vivo en el México contrario al de Peña Nieto. Y no es pesimismo, es pura percepción.