El Vaticano expresó su esperanza de que la nueva política migratoria del presidente electo de Estados Unidos, Donald Trump, no se vea reflejada en una deportación masiva, como prometió durante su campaña. El secretario de Estado vaticano, Pietro Parolin, reiteró la postura del Papa Francisco, quien ha sido enfático en su llamado a una política más humana y sabia hacia los migrantes.
En declaraciones realizadas el jueves 8 de noviembre, Parolin destacó que «la posición del Papa y de la Santa Sede es muy clara», indicando que la Iglesia está a favor de un enfoque que no llegue «a esos extremos». El cardenal italiano recordó las declaraciones del Papa Francisco, quien recientemente calificó como un pecado grave el negar a los migrantes la oportunidad de trabajar o de ser acogidos. «El no dar a los migrantes la posibilidad de trabajar, como el no brindarles acogida, es un pecado, es grave», señaló Francisco.
El Vaticano, de esta manera, subraya la necesidad de resolver el problema de la migración de manera humana, apelando a la compasión y el entendimiento, lejos de las propuestas de deportación masiva que caracterizan la agenda de Trump.
Además, Parolin expresó su deseo de que Trump sea un «elemento de distensión y pacificación en los conflictos actuales que están desangrando el mundo», sugiriendo que la administración estadounidense podría jugar un papel crucial en la mejora de las tensiones globales.
El mensaje vaticano pone en evidencia la preocupación del Papa y su equipo ante una política migratoria que podría tener repercusiones graves para miles de latinoamericanos en Estados Unidos, destacando la necesidad de un enfoque más inclusivo y menos punitivo frente a la migración.
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