Foto: Milenio
CIUDAD DEL VATICANO, 25 de octubre (AlMomentoMX).- La Iglesia católica prohibió a sus fieles esparcir las cenizas de los difuntos, dividirlas entre los familiares y que sean conservadas en casa.
La Doctrina de la Fe, el ex Santo Oficio, redactó un nuevo documento con el nombre de “Instrucción Ad resurgendum cum Christo”, aprobado el 18 de marzo de 2016 por el papa Francisco, el cual pone orden ante las nuevas prácticas tanto de sepultura como de cremación consideradas “en desacuerdo con la fe de la Iglesia”.
El documento señaló que aunque la Iglesia sigue prefiriendo la sepultura de los cuerpos, se acepta la cremación pero se prohíbe esparcir las cenizas, dividirlas entre familiares o conservarlas en casa.
“Para evitar cualquier malentendido panteísta, naturalista o nihilista, no será permitida la dispersión de las cenizas en el aire, en la tierra o en el agua o en cualquier otra forma, o la conversión de las cenizas en recuerdos conmemorativos, en piezas de joyería o en otros artículos”, precisó el documento.
Advirtió que “en el caso de que el difunto hubiera dispuesto la cremación y la dispersión de sus cenizas en la naturaleza por razones contrarias a la fe cristiana, se le han de negar las exequias”.
Sin embargo, durante la presentación del documento se destacó que la negación del funeral será sólo si el difunto ha manifestado en sus últimas voluntades el deseo de esparcir las cenizas con expreso rechazo de las prácticas de la fe cristiana.
La Iglesia católica señaló que no se pueden permitir “actitudes y rituales que impliquen conceptos erróneos de la muerte, considerada como anulación definitiva de la persona, o como momento de fusión con la Madre naturaleza o con el universo, o como una etapa en el proceso de reencarnación, o como la liberación definitiva de la ‘prisión’ del cuerpo”.
Sobre la conservación de las cenizas en el hogar, el ex Santo Oficio indicó que está permitida “sólo en casos de graves y excepcionales circunstancias”, y cuando una persona lo pida “por piedad o cercanía”.
Para la Iglesia, “la conservación de las cenizas en un lugar sagrado puede ayudar a reducir el riesgo de sustraer a los difuntos de la oración y el recuerdo de los familiares y de la comunidad cristiana”.
Así, “se evita la posibilidad de olvido, falta de respeto y malos tratos, que pueden sobrevenir sobre todo una vez pasada la primera generación, así como prácticas inconvenientes o supersticiosas”, puntualizó.
Por ello, las cenizas del difunto “deben mantenerse en un lugar sagrado, es decir, en el cementerio o, si es el caso, en una iglesia o en un área especialmente dedicada a tal fin por la autoridad eclesiástica competente”.
El prefecto de la Congregación para la Doctrina de la Fe, el cardenal Gerhard Mueller, explicó que “los muertos no son propiedad de los familiares” y que “son hijos de Dios, forman parte de Dios y por ello no se celebran ritos privados sino ceremonias públicas y esperan en un campo santo su resurrección”.
Aunque la Iglesia católica permite las cremaciones, para el secretario de la Comisión Teológica Internacional, Serge-Thomas Bonino, esto es un acto #brutal. No es un proceso natural sino que interviene la técnica y no permite a las personas cercanas acostumbrarse a la falta de un ser querido”.
AM.MX/dsc
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