Ha sido uno de los presidentes más odiados e impopulares, su administración siempre estuvo manchada por la duda y la opacidad, usado por los mayores y por su país como ejemplo de que, ante la corrupción en un país orgulloso de auto nombrase como democrático y honesto, el largo brazo de la ley alcanza siempre sin importar rangos; Richard Nixon era la antítesis de la imagen del hombre americano trabajador, solidario pero sobre todo honesto.
Pues hoy ese ex presidente señalado, si viviera, bien podría llenarse la boca diciendo que él está muy por encima del político actual americano. Después de ver el segundo debate entre Hillary y Trump, para todos debió quedar claro que como candidatos, representan el anuncio oficial de que Estados Unidos de América ha dejado de ser el faro de justicia, igualdad, honestidad y libertad que pregonaba ser; porque no se puede decir que como país no tenían esos principios, solo que hace tiempo una clase política decadente se ha encargado de deshacer el proyecto de nación que tuvieron personas amantes de su país.
Con su renuncia, haya sido forzada o no, un corrupto como Nixon se coloca encima de dos cínicos, que en el segundo debate se pararon frente a sus ciudadanos a acusarse para evitar un castigo, como dos hijos que después de haber sido sorprendidos robando se acusan mutuamente ante sus padres de quién tuvo la idea, cuando la felonía la llevaron a cabo ambos.
En aquel libro llamado Vecinos distantes, Alan Riding se encargaba de anotar las diferencias entre mexicanos y gringos pintándonos, entre muchas definiciones, como un país de ignorantes manejados descaradamente por su clase política. Pues bien, es momento de que el pueblo americano demuestre que no es un pueblo de borregos ignorantes, y salgan a la calle, no a votar por el que piensen sea el menos malo de sus candidatos, si no a exigir que renuncien este par de desvergonzados, y traigan a candidatos dignos de la nación que ellos consideran ejemplar.
¿O será que el alto consumo de drogas legales e ilegales, secretamente motivado y suministrado por su gobierno, logró su cometido y el pueblo americano vive ya el mundo feliz de Huxley?
Jorge A. Barrientos