CUENTO
El corazón del hombre latía como el corazón de un niño que sabe que está a punto de recibir un juguete hermoso. Latía lleno de gozo y júbilo. Ese día último del año, se levantó muy sonriente, con el recuerdo muy presente de que esta noche algunas personas vendrían a su casa, para así entonces comer la cena de Noche Vieja y Año Nuevo…
Ahora, con cincuenta años cumplidos, el hombre veía su sueño hecho realidad. Aquellos compañeros suyos de la escuela secundaria, a los que no había visto en más de treinta años, y a los que a él no le costó mucho trabajo encontrar -“vía redes sociales”-, luego de explicarles por varios mensajes quién era, y luego que cada uno de esas personas, unos seis en total: cuatro hombres y dos mujeres, por fin recordaron quién era el que les escribía ahora, luego de varios días y muchos mensajes más, al fin llegaron a la conclusión de que por supuesto aceptaban la invitación que el hombre les había hecho: “ME GUSTARÍA QUE VINIESEN A MI CASA ESTA NOCHE DE AÑO NUEVO, PARA CELEBRAR CONMIGO…”
El hombre, que ahora era multimillonario, les había explicado a cada uno de esas seis personas que, SI ACEPTABAN SU INVITACIÓN, PUES QUE ENTONCES LE REGALARÍA A CADA UNO UNOS DIEZ MIL DÓLARES…
“He venido a mi pueblo para pasar estos días, así que, sin nada que perder, me dije: “¿Por qué no los tratas de buscar?”, le contó el hombre a cada una de las seis personas, cuando entonces estos le dieron su teléfono celular para más rápida comunicación. “Y ya ven… ¡Los he encontrado!”, celebró el hombre…
Los días pasaron y el último día del año por fin llegó… El hombre multimillonario, un día antes, encargó comida a un restaurant de lujo en la ciudad. El dinero, desde luego que no era un problema para él.
Esa noche del 31 de diciembre, a las diez en punto, comenzaron a llegar sus seis invitados, a los que explícitamente les había dicho: “VENGAN SOLOS, O, DE LO CONTRARIO, NO PODRÁN TENER DERECHO AL REGALO DE DIEZ MIL DÓLARES QUE LES OFRECIDO REGALAR…”
Las seis personas, ¡desde luego que habían acudido sin alguna compañía a dicha cena de Noche Vieja! Estaba más que claro que todos deseaban tener aquella cantidad de dinero, que ni en todas sus vidas adultas habían visto jamás…
En aquella clase del año 1984, el protagonista de esta historia, fue el único que, al cumplir los veinte años, se largó de su pueblo. Todos los demás, como él siempre lo supo en su mente, permanecieron e hicieron su vida en este lugar, vidas y existencias desde luego que MEDIOCRES…
Y el hombre, que ahora era millonario, se había prometido -entre las muchas lágrimas que un día lloró, encerrado en el baño de la escuela, debido a las burlas y humillaciones de las que había sido objeto por parte de estas seis personas- de que UN DÍA SE VENGARÍA DE TODOS ELLOS…
“Pasen, ¡PASEN!”, dijo el hombre a sus seis invitados… “¡ESTÁN EN SU CASA!”
En su interior, al ir mirando con disimulo los rostros mediocres de sus seis ex compañeros de clase, el hombre saboreó su venganza…, como si de una copa de vino tinto exquisito se tratase.
Sorbo por sorbo, mientras miraba a los seis, con composturas muy incomodas sobre sus asientos, el hombre, como todo un ser cosmopolita, demostró así toda su cultura, hablándoles de lugares y ciudades que todos ellos jamás nunca conocerían…
Después, cuando por fin dieron las doce, los seis invitados, penosamente levantaron sus copas, pero ninguno se atrevió a decir una sola palabra. El anfitrión, hasta casi y llegó a sentir pena por todos ellos…
“AH…”, pensó el hombre millonario en sus adentros… “LAS VUELTAS QUE DA LA VIDA…” “UN DÍA, USTEDES FUERON LOS FUERTES Y YO EL DÉBIL…”
El hombre, que originalmente había pensado y planeado matarlos a los seis, para luego enterrarlos en el terreno de la escuela, que ahora era de su propiedad, al verlos tan mediocres y con rostros hastiados y cansados de la vida, cambió de parecer.
Ahora solamente había un problema. Él no sabía cómo se iba a deshacer de ellos, sin explicarles que “lo del regalo de diez mil dólares” solamente había sido un señuelo para que ninguno de ellos se negase a acudir a su casa en esta noche de Año Nuevo…
“¡ESTÚPIDOS PERDEDORES!”, exclamó el hombre millonario, mientras les entregaba a sus seis ex compañeros de clase sus respectivas tarjetas, en donde según él estaban los diez mil dólares… “Cuando vayan al banco y les digan que la tarjeta solamente tiene DIEZ DÓLARES, para ese entonces yo ya me habré largado otra vez de este pueblo miserable…”
El hombre, que en sus años de juventud había sufrido mucho bullying por parte de esos seis ex compañeros suyos, ahora poseía una casa hermosísima en el “Lago de Como”, en el norte de Italia…, una casa que aquellos seis perdedores -que él había pensado matar en esta noche de año nuevo-, jamás nunca, ni en sus sueños más remotos, llegarían a conocer o a disfrutar.
FIN
ANTHONY FLEMING SMART
Diciembre/24/2025
3:23 p.m. 4:21 p.m. Wednesday




