La insoslayable brevedad
Javier Roldán Dávila
En este caso la esperanza nunca muere porque es nonata
El denominativo que le asignaron a los municipios que, hasta el momento, se mantienen libres de contagios de COVID19 (al igual que las demarcaciones con las que colindan), además de cursi, es otro elemento de propaganda de la 4T.
En efecto, está fresco en la memoria aquello de: Morena, la esperanza de México, por lo que, al bautizar a tales sitios como: municipios de ‘la esperanza’, son los mimos moditos electoreros de toda la vida.
No obstante, la artimaña cae por su propio peso, de entrada, porque las jurisdicciones de marras (324 de dos mil 463), ni lejanamente tienen gran peso económico en la entidades.
En Veracruz, tenemos doce ayuntamientos que se mantienen sin mácula de coronavirus (dicen), mismos que interesan una población de alrededor de 155 mil habitantes, es decir: 12 de 212 municipios y 155 mil personas de alrededor de ocho millones en todo el estado.
En este sentido, pues resulta muy confortante que haya zonas en las que la pandemia no ha causado estragos, pero en términos de impacto demográfico, económico y político, pues como que no infunden muchas expectativas en el resto de la ciudadanía.
En resumidas cuentas, eso de sacarse de la chistera lo de municipios de ‘la esperanza’, es otra ocurrencia más, que nos cae como anillo al dedo para afirmar que, hasta de la tragedia, sólo quieren hacer grilla.