HOMO POLÍTICUS
PAVE SOBERANES
A la joven Ariadna Fernanda [†] le practicaron una necropsia y dos autopsias. La primera en la Fiscalía de Morelos, cuyos hallazgos médicos son de dominio público, y los otros dos estudios en la Fiscalía de la Ciudad de México y en la Fiscalía general de la República.
El mismo interés y tratamiento debe aplicarse a la profesora Irma Hernández [†], secuestrada y agredida físicamente hasta su muerte por un grupo criminal de Veracruz, quien «murió de un paro cardiaco», como dijo Rocío Nahle, minimizando la desgracia que dio dos veces vuelta al mundo, por el hecho mismo y por la desafortunada declaración de la mandataria.
Ambos casos son ilustrativos, por una arista: subraya el contexto criminal contra las mujeres y confirma la manipulación política, lo que sugiere un patrón sistémico y sistemático de minimización institucional.
Otro caso que tiene que ver con Morelos, debido a sus impresionantes similitudes políticas, es la segura próxima petición de desafuero del senador Adán Augusto López, que como gobernador de Tabasco acomodó a Hernán Bermúdez, hoy el expolicía más buscado de México en el mundo, por sus múltiples actividades criminales que se saben.
Quien atenderá la solicitud en la Cámara de Diputados será Hugo Éric Flores, el mismo que administró políticamente el caso del ataque de Cuauhtémoc Blanco contra la integridad sexual de su hermana agnada Nidia Fabiola, y cuya administración política continúa. El cumplimiento, por ahora, de la estrategia de protección institucional ha resultado conforme a los planes.
La solicitud de desafuero contra López es dable, pero la Comisión Instructora de la Cámara de Diputados, bajo cuidado del operador evangélico Hugo Éric Flores, de colmillo retorcido en administrar crisis políticas, no en impartir justicia, se puede anticipar que lo va a desechar, a menos que haya una instrucción en contrario. La subordinación y disciplina a la orden presidencial de Flores es notable por reconocida.
Ambos asuntos —de Nahle y López— parecen tener un solo camino, ya pavimentado: serán archivados o desactivados, con cálculos políticos, no con criterios legales. Dar justicia y gracia a los aliados, mientras la ley a secas a los enemigos, es deporte de alto riesgo en la Cuatroté, por el encubrimiento y las complicidades, que forman parte del amontonamiento de tantos casos de violencia de género, de impunidad política y de corrupción institucional.