Claudia Rodríguez
En los momentos que se publicaban resultados de encuestas sobre preferencias electorales para con los candidatos presidenciales del pasado proceso electoral 2017-2018, y a la cabeza de las mismas aparecía invariablemente el nombre de Andrés Manuel López Obrador por la coalición Juntos Haremos Historia, no faltaban los innumerables señalamientos, análisis y sentencias trepidantes, de que si el ya candidato electo ganaba las elecciones, México sería un caos con distintos departamentos.
Primero se acusaba que cuando ganará, quizá el Revolucionario Institucional y el mismo Presidente Enrique Peña Nieto, sería el que más le escatimaría la victoria y la transición no sería todo lo viable y necesaria.
El renglón de la inseguridad y la violencia sería un factor de cuidado, como sí lo que ahora vivimos alentado o por omisión de los Gobiernos de Calderón y Peña fuera cosa menor y no tuviera como resultado homicidios dolosos de alrededor de 70 al día en todo el territorio nacional y en algunos puntos específicos de la geografía nacional, con pérdida de una vida cada cinco horas en promedio.
Se decía que los mercados y las inversiones huirían de inmediato por el perfil “populista” del Gobierno que proponía desde entonces López Obrador, pero sobre todo la paridad del peso frente al dólar estadounidense, iría a las nubes, “como ya lo estaba haciendo mientras Andrés Manuel se encontraba al frente de las encuestas presidenciales” y que las negociaciones fallidas del Gobierno de Peña por el Tratado de Libre Comercio (TLC), así como el aumento de tasas referenciales poco tenían que ver con esa presión tan grande a nuestra moneda.
Bueno, había múltiples enunciados individuales de dejar México si AMLO, ganaba la Presidencia de México.
El hecho es que sus más grandes críticos hoy le reconocen como olvidando sus señalamientos que nacían más del antilopezobradorismo que de un análisis fundado.
Lo curioso es que hoy los analistas de la economía y el mercado, ante la paridad más estable de nuestra moneda y su recuperación, la mejor en todo el mundo, dicen no saber a qué se debe ese fenómeno.
Así son los tiempos y los humanos convenencieros.
A pocas horas de la liberación total de los cargos a la maestra Elba Esther a quien le restaron casi seis años de su vida recluida por un asunto político y visceral de Peña Nieto, igual resulta que quienes las señalaron inclementes, ahora aplauden su liberación.
Primero hay que ser congruentes. Los humanos solemos equivocarnos, pero vale aceptarlo y no ser veletas.
Acta Divina… José Antonio Meade acusó en campaña a Andrés Manuel de tener un pacto con Elba Esther y el CNTE.
Para advertir… Aún nos quedan muchas cosas por ver luego de la victoria de López Obrador… y que de paso que la justicia también se deje ver.
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