Campañas sin Ángel
Carlos Ferreyra
No hallo calificativo que resuma la pobreza intelectual y la deshonestidad política de los entusiastas apoyadores de las pretendientes a aposentarse en la Silla del Águila.
No pretendo con este comentario convocar la simpatía de ambos bandos, convertidos en auténticas bandas.
Ambas campañas se han revelado como auténticos guerreros en plan de exterminio de los contrarios.
Se copian unos a otros y hacen planteamientos dando por seguro que serán, que ya son los mandamases.
Por ningún lado se aprecia la voluntad del diálogo remitiéndonos al fundamentalismo de la actual administración que, tranquila, parece no visualizar la pérdida del poder.
Del otro bando ocupado en copiar lemas y jeremiadas de sus oponentes, se muestran ajenos a los evidentes riesgos que significa un presidente voluntarioso y de ideas fijas.
La perspectiva es poco halagüeña: el mandatario no quita el dedo del renglón para permanecer como inquilino del Palacio Virreinal, para ello cuenta con el apoyo militar y de la delincuencia organizada.
En otro caso, la imposición de la sucesora y en cualesquiera de ambas posibilidades, la abulación de unos comicios que se decretarían ilegales.
Los partidarios de Xóchitl, vociferantes, concitan, invitan a los ciudadanos al apoyo, al proselitismo y a asistir a las urnas.
Ninguna idea, sin propuestas, mi siquiera lemas llamativos, originales, proclaman su calidad de Xóchitlovers, quizá antes militaron en las filas de los AMLOvers.
Un cúmulo de páginas de simpatizantes, partidarios, voluntarios y muchas más zarandajas parecidas se extienden por toda la red con igual resultado nulo.
Los mensajes de los afiliados a la causa de Gálvez coinciden en la extraña virtud de intentar convencer a los convencidos. Son tiros al aire cuya única utilidad es llamar la atención y muy a la tradición mexicana, decirle a su gallo, gallina en este caso: Acá toy, acá toy.
Es indudable que los gestos populacheros de López nos tienen hasta el gorro. Votamos para elegir a un mandatario positivo, conocedor de la Res Pública y no a quien gusta lucir diademas florales, vestimentas bordadas multicolores y anda muy bien en bici lega luciendo en la espalda la mochila del escolapio.
Ojalá finalmente hayamos encontrado a quien le dé dignidad a la investidura presidencial. No queremos a la más populachera sino a la persona digna y sabia que suponemos.
La ilustración es la imploración de un mexicano sobre la tierra arrasada por la incuria, corrupción y ausente amor por la Patria