C O N T R A P O D E R
JUAN ANTONIO TORRES
“La candidatura a la gubernatura por el PAN, de la alcaldesa, María Eugenia Campos, no la exime de la acción de la justicia”, sentenció lapidario, el gobernador, Javier Corral Jurado, tras el triunfo que había obtenido en la elección interna que se habría efectuado el domingo pasado, en la cual había derrotado al abanderado oficial, Gustavo Madero, quien reconoció el triunfo de su oponente.
Los ecos de la contienda interna, no han dejado de replicarse en los diferentes frentes. Por el bando de Campos Galván, el gozo del domingo, se diluyó muy pronto, por la audiencia de tipo penal que sostuvo la alcaldesa, a la que asistió por la mañana, acompañada de la ex diputada local, María Ávila Serna, y su marido, el diputado local, Alejandro Gloria.
El líder nacional del PAN, Marco Cortez, quien llegó desde el fin de semana para avalar la contienda interna, y quien ingenuamente creyó que el gobernador, Corral, le bajaría al tono de su confrontación con la ex alcaldesa de Chihuahua, María Eugenia Campos, se llevaría un chasco, por qué mientras él, después de la contienda le alzaba la mano a su amiga, quien le había demostrado a propios y extraños que se llevaría un triunfo más que desahogado, incluido el propio jefe del ejecutivo, este sin pelos en la lengua, en gira por Ciudad Juárez, le soltaría un mensaje fuerte, no solo para la virtual candidata, sino para su mentor político, Marko Cortes, y obvio para sus seguidores, quienes ya se frotaban las manos, seguros de que había pasado lo peor, y que el inquilino del palacio de gobierno, aceptaría el resultado, y reconocería sin más, ni más, lo que había ocurrido el domingo 24 entre su delfín, Gustavo Madero, y su acérrima rival, María Eugenia Campos.
Entrevistado por los medios en la fronteriza, Ciudad Juárez, ya sabedor de lo que habría pasado, no se anduvo por las ramas, y lo soltó:
“la candidatura a la gubernatura del PAN, no la exime de la acción de la justicia”. Más claro, no podía ser el pleito entre Corral y la alcaldesa con licencia.
Tanto así, que este martes tuvo una audiencia judicial en la cual le presentarían varias carpetas de los delitos que se le imputan y que tienen que ver con la nómina secreta, que manejaba, el ex gobernador, César Duarte, en la cual están indiciados, la propia ex alcaldesa y el secretario del ayuntamiento, César Jáuregui Moreno.
Contrariada, al salir de la audiencia, cuestionada por la prensa, diría, que no le mostraron las 14 carpetas, en las que se le imputan diversas indagatorias, que tienen que ver con sus turbios vínculos que mantuvo con el ex gobernador priista, César Duarte, que por cuestiones del destino, hoy también tuvo una audiencia en Miami, para ver el tema de su futura extradición a México.
Reza un viejo proverbio: “Dios los hace y ellos se juntan”.
Y por un golpe del destino, los dos se enfrentaron a temas de la aplicación de la justicia.
Duarte, ya en prisión, mientras su amiga y aliada, en tiempos pretéritos, al borde de ser vinculada a proceso penal, y por ende, quedar inhabilitada para ser candidata oficial a la gubernatura de Chihuahua, por el blanquiazul.
De acuerdo a decires de abogados penalistas, la candidatura de la ex alcaldesa, en los hechos, no está legitimada, porqué cuando hay imputaciones de índole penal, no se puede presumir que está limpia su conducta, no solo ante su partido y sus correligionarios, sino ante el tejido social ante el cual aspira a ser gobernadora.
La juez que está viendo el tema de la extradición del ex gobernador, la dejo en suspenso, al convocar hasta nueva fecha en la que se fije en definitiva, cuando podría ser regresado a México, Duarte Jaques.
En tanto, que la suerte, de Maru Campos, está más que escrita. Corral, no va a declinar en su intentona de llevarla ante los tribunales. Tiene el sartén por el mango.
De que el PAN, se está fracturando, ni duda cabe, pero Corral, no va a ceder en aceptarla como “su candidata” antes va a nombrar a cualquier otro aspirante de su equipo cercano, ya sea un funcionario del primer nivel, alguno de los diputados de toda su confianza, pero nunca reconocer a Campos Galván, porqué de ganar ésta la gubernatura en los comicios del 6 de junio, seria firmar su sentencia de muerte.
En otras palabras, no quiere verse en el espejo de su antecesor, huyendo cuando ya haya dejado el poder, y teniendo como epilogo, su previsible encarcelación….
El huésped de palacio de gobierno, no tuvo miedo para enfrentarse con Enrique Peña Nieto, ni lo ha tenido con AMLO, como para que hoy una simple alcaldesa en forma temeraria, se le quiera poner al tú por tú.
Ponerse a las patadas con el jefe político, por lo general, siempre han tenido consecuencias, en la mayoría de los casos fatales. Las historias son muchas en este contexto….