Claudia Rodríguez
El canciller Luis Videgaray Caso anunció desde Madrid, España, su retiro de la vida pública. Lo cual es de dudarse, si acaso nos dará un descanso.
Videgaray Caso no se irá tan fácil. Sólo recordar que apenas fue cesado como titular de la Secretaría de Hacienda y Crédito Público (SHCP), tras la visita intempestiva de Donald Trump a la residencia oficial de Los Pinos; Videgary nunca dejó su oficina y hasta provocó el dejarse ver en una imagen con la barba crecida.
Si hubiera ganado Hillary Clinton la Presidencia de los Estados Unidos en vez de Trump, quizá Videgaray ni la nariz hubiese asomado por mucho tiempo. La ofensa de haber recibido al ahora presidente de los Estados Unidos en nuestro país, se tomó como un acto deliberado de campaña en favor de este, pese a la verborrea incontinente de Trump candidato, contra los mexicanos y el deseo expreso del muro entre México y el vecino del norte, que cada vez se vuelve más real.
La derrota de Clinton frente a Trump, fue el golpe en la mesa que permitió regresar con todos sus fueros a Videgaray a la escena pública como titular de la Secretaría de Relaciones Exteriores (SRE), con una sonrisa de oreja a oreja, que a muchos nos sonó a burla, y que lo volvió en una de las piezas centrales para enderezar un acuerdo comercial, reedición del Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN).
Aunque el regreso a la Administración Pública del súper secretario y consentido del Presidente Enrique Peña Nieto, no le abría el camino a la candidatura presidencial, la cual sí fue sepultada con la visita inusual de Trump a nuestro país; además de que ni siquiera cuajó la opción de su apoyo total a José Antonio Meade.
Videgaray no es un improvisado, viajó junto a Peña casi durante toda la carrera política del segundo, y al igual que en el poder Supremo de la Federación, en la gubernatura mexiquense; también fue el gran soporte en la gestión del gobernante.
Los priistas sin más quehacer en la política nacional por el momento, estarán tramando el regreso tras bambalinas y tejiendo fino entre negocios propios y de los suyos. Aunque se desee éxito a la Administración que viene y que ya se escucha muy fuerte; la idea es tropezarla.
Es difícil pensar que Videgaray se resigne a la adrenalina de tener en sus manos y sus propuestas, un gran cúmulo de poder político y financiero. Tal vez Peña tiene la idea de no volver más, pero para Videgaray debe ser más que difícil.
Tanta concentración de poder a algún lado debe direccionarse y seguro ya sabremos de los cabildeos hacia sus empresas y empeños.
Al final, Videgaray sí declaró lo que muchos desde dentro del poder, como lo hubiera querido incluso hacer Meade, y no lo hicieron: hubo fallas en materia de seguridad y violencia en el presente sexenio.
Y ahí la huella del verdadero poder tras el trono.
Acta Divina… El canciller Luis Videgaray Caso anunció que cuando concluya el sexenio de Enrique Peña Nieto, el próximo 1 de diciembre, se retirará de la vida pública e iniciará “una etapa diferente, lejos de la política y el servicio público, tras 13 años en el servicio público.
Para advertir… Ni “aprendiz”, ni partida.
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