El titular de Hacienda, Luis Videgaray Caso, sin duda es todavía una de las cartas importantes del presidente Enrique Peña Nieto entre sus candidatos a la Presidencia del 2018, pero dado el desempeño de la economía nacional y sus nefastas declaraciones, además de las preguntas que evade contestar; es muy difícil que con eso logre sumar puntos positivos, que pudieran ayudarle a la falta de carisma tan importante para aspirar al máximo puesto de elección popular al que se puede llegar en nuestro país.
El mercado interno no más no camina y los empresarios, los contribuyentes y los consumidores, se sienten ahogados por la política fiscal rapaz sobre la que el titular de la hacienda pública sentenció: “No esperen que cambiemos el régimen de deducción. Eso no va a cambiar”.
Por su lado, el presidente Peña Nieto pidió a los diputados priistas defender la reforma fiscal en curso, pues según él, es la que ha logrado mantener la estabilidad monetaria mexicana, ante los embates financieros del exterior.
Es un hecho que el Gobierno federal no ha querido reconocer aún, el apocalipsis de la inmovilidad monetaria –no que se avecina–, sino que ya está aquí y más temprano que tarde, traerá más reclamos sociales de los que ya ahora mismo se viven.
Si la política fiscal impuesta a millones de mexicanos es la panacea, muchos nos preguntamos por qué no hay dinero que alcance, ni forma de conseguirlo. Los empresarios y comerciantes por su lado, no tardan en aplicar aumentos a sus productos con anuencia o no del Gobierno y con todo y supervisiones de las Procuraduría del Consumidor.
Ernesto Cordero como secretario de Hacienda durante la Administración federal del panista Felipe Calderón, se quiso pasar de gracioso al presumir la recuperación de la economía mexicana y declarar que en México había familias que con sólo ingresos de seis mil pesos al mes, tenían crédito para una vivienda, crédito para coche y que hasta se daban tiempo de mandar a sus hijos a una escuela privada, de lo que redundó la obviedad de que estaban “pagando las colegiaturas”.
El regaño de Cordero acompañó también a tal declaración insensata, advirtiendo que para entonces la recuperación en la economía mexicana ya había llegado a los bolsillos de los mexicanos y que siempre la percepción “es peor” de lo que las cifras muestran.
Esta pifia –además de otros enfrentamientos entre panistas–, pesaron a la hora de que sólo el 44 por ciento de sus correligionarios lo votaran para candidato presidencial y darle entonces el respaldo mayoritario a Josefina Vázquez Mota.
Con todo y la arregladita bucal que le dieron a Cordero, su nefasta tarea de la hacienda nacional, lo hubieran presentado como un candidato débil a la Presidencia.
Videgaray, la tiene perdida. Más cuando rechaza contestar para aclarar cómo adquirió su casa de Malinalco.
Acta Divina…Luis Videgaray Caso, secretario de Hacienda: “Lo quiero decir con toda claridad, la reforma hacendaria se sostiene por convicción y por necesidad”.
Para advertir… ¿Convicción por necedad y autoritarismo? O será que andan buscando los pedacitos de un país roto.
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