La insoslayable brevedad
Javier Roldán Dávila
El único piso parejo, será para los que se queden ‘bailando’
Para el presidente López Obrador, decidir quién será la candidata presidencial será un acto protocolario, la favorita es Claudia Sheinbaum, es inocultable, es la crónica de un dedazo anunciado, sólo una causa de fuerza mayor, modificaría la decisión.
En contrario, lo complicado para el tabasqueño, consistirá en evitar rupturas al interior de su movimiento, ya que, él mismo animó a que sus ‘corcholatas’ se placearan, bajo el supuesto de que habría piso parejo en la competencia, pero no ha sido así, asunto que ya fue denunciado por al menos dos de los suspirantes.
Así pues, sobre los tres presuntos perdedores (lo de Noroña es una broma macabra), habrá que construir escenarios alternos.
En el primer caso, el Plan B, o sea, Adán Augusto López, aunque haría un entripado proverbial por quedarse con el bate al hombro, sería difícil que protagonizara una ruptura con su ‘hermano’, ha crecido políticamente bajo su égida y después de unos cuantos litros de té de tila, aceptaría un cargo de consolación.
Por lo que toca a Ricardo Monreal, tiene claro que no será el elegido, AMLO sabe que el zacatecano nunca seguiría sus lineamientos e, incluso, revertiría varias de sus reformas, sin embargo, con posiciones para él y sus aliados, podrían mitigar su posible rebelión.
El punto crítico, sin duda, es Marcelo Ebrard, de los cuatro, es el que tiene la trayectoria profesional más sólida, ha tejido acuerdos en México y el extranjero, además, su visión del Estado, choca con la cosmovisión de su actual jefe.
He ahí el quid de la cuestión: ¿cómo planchar a Marcelo?