Ricardo Del Muro / Austral
A dos semanas de las elecciones del 2 de junio, la violencia electoral se ha agudizado en Chiapas. En los últimos cuatro días de campaña se registraron 15 asesinatos políticos y la inseguridad ha provocado la renuncia de más de 500 candidatos.
Hasta el 9 de mayo, Chiapas se encontraba en un nivel intermedio de violencia electoral, con 2 mil 257 focos rojos (17.2 por ciento), de acuerdo al Mapa de Riesgo Electoral, dado a conocer por la coalición Fuerza y Corazón por México (PAN – PRI – PRD).
Sin embargo, la última quincena de mayo comenzó con la masacre de once personas en Chicomuselo y después ocurrió una nueva matanza en La Concordia, donde fueron asesinadas seis personas, entre ellas, la candidata a la alcaldía de ese municipio por el Partido Popular Chiapaneco, Lucero López Maza.
La violencia no paró ahí, pues el sábado 18 de mayo se dio a conocer que un grupo armado atentó contra el candidato a la presidencia municipal de Villacorzo, Robertony Orozco Aguilar en un ataque que dejó tres personas muertas y dos heridos.
Al día siguiente, en la madrugada del domingo, hubo otro ataque armado contra el equipo de campaña del candidato a presidente municipal de Mapastepec por Morena, Nicolás Noriega Zavala, que dejó cinco personas asesinadas y dos más heridas.
En este contexto de violencia, la consejera presidenta del Instituto de Elecciones y Participación Ciudadana (IEPC), María Magdalena Vila Domínguez, informó que hasta el pasado fin de semana las cifras actualizadas de personas que ratificaron su renuncia a alguno de los cargos de elección popular es de 515.
La funcionara admitió que “está subiendo la ola de violencia” político electoral en Chiapas, pero sólo 29 renuncias han señalado que son “por motivos de inseguridad”, mientras que el resto han argumentado motivos personales y otro tipo de justificaciones.
Entre las candidatas y candidatos que han renunciado 85 son del PVEM; 80 de Morena; 58 del Partido del Trabajo; 32 del PRI, 19 del PRD, 7 del PAN y el resto de partidos políticos locales.
Hasta el año pasado, Chiapas parecía estar ajeno a los niveles de violencia de otras entidades, como Michoacán, Tamaulipas o Zacatecas. Sin embargo, en los últimos meses se agudizaron los enfrentamientos entre los dos grupos criminales, el Cártel de Sinaloa y el Cártel Jalisco Nueva Generación, que disputan el control de la frontera sur del país.
A la pugna criminal se ha sumado la elección. “Las elecciones alteran los acuerdos locales. El crimen organizado requiere forzosamente siempre de autoridades, cuando hay elecciones tiende a incrementarse la violencia contra defensores, periodistas y candidatos”, explicó el académico Sergio Aguayo entrevistado para un reportaje sobre la violencia en Chiapas, publicado en El País.
Frontera Comalapa y Chicomuselo, dos poblaciones fronterizas de Chiapas que en pasado eran desconocidas para la mayoría de los mexicanos, ahora se han convertido en escenarios de la guerra entre narcos y sus nombres han aparecido en los principales periódicos y medios noticiosos de México y el mundo.
“Dos pueblos secuestrados por en el narco en la frontera sur de México”, destacó el periódico El País en su edición del 14 de mayo. Activistas, policías y periodistas locales aseguran que es imposible entrar o salir de Frontera Comalapa o Chicomuselo, donde un enfrentamiento entre los carteles de Sinaloa y Jalisco Nueva Generación dejó un saldo de once muertos, señalaba la nota que se conoció en todo el mundo.
Ante este panorama de inseguridad, incluso llamó la atención que Eduardo Ramírez Aguilar, candidato de la coalición Sigamos Haciendo Historia en Chiapas a la gubernatura, efectuara una visita sin incidentes, el lunes 8 de abril, en el marco de su campaña proselitista.
En el parque central de Frontera Comalapa, para sorpresa de todos los que vieron la noticia en los medios, Ramírez Aguilar encabezó una concentración y se manifestó por la paz y la productividad en la zona, además de hacer referencia al himno a Chiapas, al expresar que está empeñado en que retornen las horas serenas a Chiapas.
Ante las próximas elecciones del 2 de junio, donde se elegirá al nuevo gobernador de Chiapas, además de 40 diputados y 123 presidentes municipales, los obispos de las tres diócesis (San Cristóbal, Tuxtla Gutiérrez y Tapachula) se han convertido en portavoces de la población chiapaneca al expresar su preocupación por el clima de violencia que se vive en la entidad y advertir que no hay propuestas concretas por parte de los candidatos sobre este tema.
Jaime Calderón, obispo de Tapachula; Rodrigo Aguilar, obispo de San Cristóbal y administrador apostólico de Tuxtla Gutiérrez, así como sus auxiliares, Luis Manuel López Alfaro y José Luis Mendoza Corzo, expresaron a los católicos: “Les compartimos que nos preocupa la realidad que estamos viviendo en nuestro estado: la ola de violencia presente en nuestras diócesis, que desestabiliza la sociedad y que en muchas ocasiones es generada por el crimen organizado”.
En un documento conjunto, publicado el 2 de mayo, los obispos exhortaron a los candidatos a cargos públicos, a que “den propuestas concretas para responder a las cuestiones más urgentes: violencia e inseguridad, narcotráfico, pobreza, explotación de la tierra, migración, salud, educación”. RDM