Dentro de las incalculables variedades de actitudes que asumen los hombres y mujeres que se dedican a gobernar, hay políticos que quieren perpetrar errores por los errores mismos. No es que pretendan cometer sus yerros en contra de alguien en lo particular. Lo que procuran es consumarlos: unirse a la corriente política de aquellos que los practican y luego ya verán como los hacen y con quién.
Dentro de esa caterva de gobernantes que les place el realizarlos son muchos los que buscan el ámbito de procuración e impartición de justicia para ejecutarlos, buscando, también, a la persona idónea para concretarlos. Estos gobernados, por desventura, son aquellos que buscan el que se les procure e imparta justicia.
También dentro de los gobernados existen muchas mujeres que acuden directamente en calidad de víctimas a buscar la justicia que merecen. Esto a ellas les resulta contraproducente; muchos policías, agentes del ministerio público, jueces y magistrados las repudian y esos ministriles o Siervos de la Nación, prefieren prostituir la justicia para despreciar a ese sexo que hoy destaca.
Una característica de esos gobernantes y/o autoridades que yerran es la unidad de criterios para nulificar a esas justiciables, que sólo buscan se les procure e imparta justicia. La abogacía independiente de la República, no se refiere a la unidad de criterios o multiplicidad de ellos, aunque también esto ha tenido fervientes aplaudidores que prefieren censurar la verdad para obsequiar impunidad.
Esos letrados hablan de un caso concreto, el de Regina Seemann Audiffred y, en parte se refieren a policías, agentes del ministerio público, jueces y magistrados de baja ralea que hasta la fecha se encuentran traicionando o desvirtuando la labor de honorables funcionarios del ámbito indicado, quienes son los que sí se preocupan por obsequiar de manera gratuita y con sabiduría la justicia que merece la mujer en comento.
Mientras Claudia Sheinbaum Pardo, Bertha María Alcalde Luján, Clara Marina Brugada Molina, Citlalli Hernández Mora y otras nuevas autoridades y gobernantes no entiendan que, como lo dijo Aristóteles: “como el comienzo es la mitad del todo, un pequeño error al comenzar influye en todo lo restante”. Su actuación como políticas, fiscal y protectoras de la mujer, no arribará, por desventura a buen puerto.
En México se ha vivido y sufrido una gran plaga de errores que han afectado y en mucho a la mujer. En esos tiempos, que ya parecen muy cercanos, pero que no lo deben de ser tanto, las soluciones para disolver los errores de autoridades y políticos gobernantes al parecer no han sido entendidas por autoridades sin escrúpulos y proclives a obtener beneficios económicos.
Hoy compete a Citlalli Hernández Mora, en su calidad de titular de la Secretaría de las Mujeres, el verdaderamente actuar de manera firme, enérgica y terminante, con el objeto de evitar desde ya esa violencia institucional que las autoridades y gobernantes perpetran en contra de la mujer.
Finalmente, habría que preguntar ¿quienes fueron las despreciables autoridades que sin el conocimiento de sus superiores cometieron el error de montar un espectáculo intimidatorio en contra de la Sra. Regina Seemann Audiffred, minutos después de que la honorable Dra. Nelly Ivonne Cortés Silva, en Funciones de C. Jueza de Control del Sistema Procesal Penal Acusatorio, adscrita a la Unidad de Gestión Judicial Número Once, dependiente del Tribunal Superior de Justicia de la Ciudad de México, impartió justicia protegiendo a sus menores hijos de su depredador sexual Guillermo Alejandro Sesma Suárez; operativo en el cual intervinieron granaderos dependientes de la Secretaría de Seguridad Ciudadana, así como policías enmascarados de la Fiscalía General de Justicia de la Ciudad de México?.
Es cuánto.
Lic. Alberto Woolrich Ortíz.
Presidente de la Academia de Derecho Penal
del Colegio Nacional de Abogados Foro de México, A.C..