El innovador dirigible británico Airlander 10 pronto podría surcar los cielos para ofrecer a los pasajeros de placer vistas panorámicas y mucha menos contaminación que los aviones tradicionales, según su fabricante.
En las afueras de la ciudad de Bedford, al norte de Londres, la empresa británica Hybrid Air Vehicles (HAV) dice que sus planes están en marcha para lograr viajes aéreos comerciales más ecológicos pero más lentos.
El Airlander, que mide 91 metros (300 pies) de largo, es levantado por su gigantesco casco lleno de helio, que luego es dirigido por el aire mediante hélices propulsadas por combustible convencional.
El dirigible «no se parece a ninguna otra cabina de avión en la que haya estado sentado», dijo a la AFP el director ejecutivo de HAV, Tom Grundy, durante una visita a las instalaciones de Bedford.
«Es grande, largo, espacioso (y) muy silencioso para sentarse a bordo.
«Hay ventanas que van desde el suelo hasta el techo y el avión no está presurizado, por lo que incluso puedes abrir una ventana y mirar el mundo exterior mientras lo sobrevuelas».
Reducir las emisiones
El dirigible, desarrollado inicialmente para el ejército estadounidense, es más largo que el jumbo Airbus A380 pero genera hasta un 75 por ciento menos de emisiones que los aviones, según HAV.
El grupo planea comenzar la producción a finales de este año, mientras que se planean versiones eléctricas y de hidrógeno para reducir aún más las emisiones.
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