Documental Político
Emilio Trinidad Zaldívar
¿Dónde está el mayor embustero y gran simulador?
Aquel que decía: “Detente demonio, detente”, y sacaba presuroso su estampita de la virgen como escudo infalible; o, “amor y paz”, y mostraba a la porra de supuestos periodistas que Jesús Ramírez a diario le formaba, su pañuelo blanco; o bien, ocurrente y simplón, soltaba: “hay qué abrazarnos, darnos afecto, cariño”, cuando iniciaba la tragedia del COVID 19 -por la que fallecieron aquí más de medio millón de seres humanos-, y se abrazaba a sí mismo con sonrisa socarrona.
Bribón y vividor nato, desaliñado siempre y carente de clase y presencia, lento en hilar palabras, no se diga frases, logró en menos tiempo destruir al país que en llegar a ocupar la silla del águila.
¿Dónde está aquel que decía “eso sí calienta”, cuando presuroso salía a defenderse y a atacar a quienes se atrevían a criticarlo, ahora que desde Estados Unidos dijeron que en su gobierno sí había complicidad y protección para los narcos y que sí son terroristas y por ello se les va a combatir? ¿Eso no calienta?
¿Ya huyó del país? ¿Está en Cuba o en “La Chingada”?
¿Por eso no asistió a la boda de su heredero Andy?
¿Habrá pensado que en una de esas, fuerzas especiales norteamericanas lo cazarían y a la salida de la gran y ostentosa pachanga lo pepenarían para llevarlo a una prisión de allá?
¿Claudia Sheinbaum aceptó sin chistar claudicación al poder, sumisión total, obediencia absoluta a quien le heredó un desastre?
¿No le haría bien sacudirse de ese hombre desacreditado y que supura pus? ¿Y si lo manda de embajador a la Luna? ¿Y si les facilita la persecución a los gringos y mejor lo entrega para asumir el control real del gobierno?
Sheinbaum Pardo sabe que mover un dedo o dar un paso fuera de la línea que desde que inició le trazaron, provocaría un cisma al interior de Morena y prácticamente una revolución en la estructura del gobierno y del propio Estado mexicano, y por eso su temor de liberarse del demonio de Macuspana.
¿Qué debe hacer? ¿Seguir caminando chiquita, disminuida bajo la sombra del gánster mayor? ¿Reverenciar e inclinar la cabeza? ¿En verdad no entiende que la responsabilidad del cargo y con ello el poder del mismo lo tiene ella y no aquél?
¿No bastaría con dar un golpe en la mesa y jugar sus cartas y no las del tabasqueño para de una vez por todas romper el cerco que le construyó moviendo de sus cargos a Adán Augusto López Hernández, a Ricardo Monreal, a Marcelo Ebrard, a Martí Batres, a varios más y ponerle un alto a Andy López Beltrán, que tiene el partido pero los recursos ella se los da?
¿Es eso acaso muy temerario o suicida? ¿O quizás es porque la Presidencia se ejerce desde Palenque, allá en Chiapas?
¿Tiene más poder una agrupación de ladrones, un movimiento convertido en partido político que el cargo de presidenta de la República? ¿A qué le teme? ¿O será que disfruta resignada y vencida ser la encargada de la oficina que ya escrituraron los López?
Hasta hoy, ella es una broma, una mala copia del aspirante a tirano, que quizás termine a salto de mata cuando con todo el poder, el gobierno norteamericano vaya sobre los que se beneficiaron y protegieron a las bandas delincuenciales.
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