Queda claro que los apartados de la democracia mexicana que apuntan a cumplir con nuestras obligaciones como mexicanos en lo que respecta a las diferentes normas y reglas, y a observar el que nadie está por debajo o por arriba de nosotros, en innumerables casos son letra muerta.
El caso es que a los mexicanos no nos gusta cumplir con las reglas pero mucho nos espantan las atrocidades que devienen de esa acción.
Tan sólo escuchar lo sucedido en el espectáculo nombrado Extremo Aeroshow realizado el pasado fin de semana en la ciudad de Chihuahua, Chihuahua, en donde la falta de la observancia de medidas mínimas de seguridad, devino en una tragedia que ya contabiliza de manera oficial nueve muertos y decenas más de heridos; conforma, una hoja más en el expediente de cómo ahorrarse unos pesos para ganar muchos.
Lo de Chihuahua, no está muy alejado de lo que sucedió luego del paso por varios municipios del país de los fenómenos hidrometeorológicos Ingrid y Manuel.
Ambos casos –como muchos otros–, dejan al descubierto lo que sucede cuando la normatividad no se observa.
Pero no miremos sólo hacia el área de gobierno o administrativa.
Hagamos una revisión corta de nuestras diferentes etapas de la vida y diferentes entornos y veremos que casi se ha convertido en deporte nacional, el no observar reglas de civilidad, ni cumplir con nuestras responsabilidades.
Los padres –mujeres y hombres– que incumplen su compromiso para con su familia, los hijos que creen que todo lo tienen ganado. Los vecinos, los peatones y conductores que no respetan las calles –aunque sea un solo momento–, los trabajadores que burlan las normas de su entorno laboral y los jefes que abusan de su jerarquía. Los políticos y administradores que creen tener linaje de reyes mientras dura su encargo.
Somos en realidad, una sociedad muy crítica para con los que no cumplen las reglas, pero pocas veces reparamos en que en todos los ámbitos de la sociedad, esto es práctica diaria.
Acta Divina… El lema de campaña del ex presidente José López Portillo fue: “La solución somos todos”.
Para advertir… Por algo la vox populi cambio la frase de campaña a: “La solución somos todos”.
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