En estos últimos meses, los mexicanos experimentamos desesperanza, entre otras cosas porque nuestras instituciones fallan no con el famoso margen de error que en todo caso podría ser aceptable, sino por la corrupción, la negligencia y la falta de compromiso para con quienes se contrae una responsabilidad.
Empezando por la célula de la sociedad, las familias en México se están “yendo al traste”. No se trata de la composición en género y número de las mismas, sino de la descomposición que están desarrollando por la debacle de sus entornos externos.
Frente al flagelo nacional que se vive en nuestro país por el narcotráfico y sus demás hermanas que se mueven en el mercado ilegal, hemos llegado a la discusión de sí es positivo o no legalizar el uso de las drogas, sobre todo el de la mariguana, como si un asunto de salud pública estuviera por arriba de un asunto de mercado y sin dejar de enfatizar que la responsabilidad de la seguridad recae constitucionalmente en quienes nos gobiernan.
El consumo ya enfermo de sustancias alucinógenas, no debería ser aprobado cuando la mayoría de las instituciones en México están tan débiles.
¿Cómo informar de manera fehaciente y abierta a nuestros niños y jóvenes de los riesgos del consumo de drogas, si el mayor vínculo gubernamental a los menores, se encuentra mermado y en realidad parece que nadie confía en este?
¿Qué pasa con las instituciones de justicia, a quienes se les ha salido de control el manejo de la seguridad y la criminalidad y que una vez denunciado un ilícito, ésta ni es pronta, ni expedita y muchas de las veces impune?
Con las manifestaciones de los profesores de la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación (CNTE), en la Ciudad de México, las instituciones de más alto nivel han quedado más que expuestas, pues en lugar de defender su territorialidad han optado por migrar, como si defender el lugar desde donde se ejerce no fuera síntoma de fuerza y razón.
Los diputados y los senadores de la República ante el amago de los profesores por internarse en su sede, decidieron los legisladores cambiar sus lugares para sesionar, el gobierno capitalino modifica su agenda callejera y hasta el jefe del Ejecutivo que insistió en trabajar desde Palacio Nacional, ahora se muda a Los Pinos, al Campo Marte y a otras sedes para realizar sus diversas actividades, porque los profesores se manifiestan en las calles del Distrito Federal.
Se insiste, si estas instituciones del más alto nivel y de gobierno están más que débiles, qué se puede esperar de las que dependen de éstas.
Acta Divina…El coordinador priista, Emilio Gamboa, sostuvo que los maestros no doblaron al Congreso respecto a la reforma educativa, además aseguró que irán a fondo y no van a ceder en el tema de la evaluación que demandan la mayoría de profesores del país.
Para advertir… Si no hay certeza para el gobierno peñista sobre los próximos días: ¿La habrá para los próximos meses o años?
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