Jorge A Barrientos
Siempre con su poder corruptor, su control de los medios de comunicación, con mercenarios de la comunicación o del análisis bajo contrato, nunca habían tenido necesidad de mostrarse ante los reflectores para decir al pueblo lo que debían hacer, decirle a la prole lo que es mejor, pues según nuestros ricos, como padres del pueblo, saben lo que es mejor para nosotros.
Lo que no entienden es que los tiempos ya cambiaron, ellos, junto con sus lacayos de la política creyeron que con sus maniobras del siglo pasado bastaría, en su soberbia creyeron que bastaba con el poder corruptor del dinero para sentar en la silla a su nuevo títere sexenal.
El error fue tan grande que hasta los mercados se lo cobraron, desplomando las acciones de sus empresas; autoritarios y egocéntricos como son, pensaron que con su simple aparición las masas se calmarían y las aguas retomarían su cauce, pero no solo se equivocaron y nadie los escuchó, sino que le dieron mayor fuerza al candidato que atacaron, mostrando con su acción que es él en realidad, el personaje que amenaza su poder, su estatus, su impunidad. En el 2006 en plena campaña un reportero le tiró a bote pronto a Gastón Azcárraga (primo del Azcárraga de televisa), en aquel tiempo ejemplo de empresario exitoso según los dueños del dinero, presidente de Mexicana de Aviación y Grupo Posadas entre otros, la pregunta de si qué harían en caso de llegar AMLO al poder, y la respuesta del perdonavidas y egocéntrico magnate fue –Nada, tendremos que hacer lo correcto, eso es todo. Con esa respuesta confirmaba que, si existe la corrupción, el abuso y el maltrato no es por cultura, es simplemente porque pueden, pues lo que es correcto y lo saben hacer; pero nada se los exige, nada los vigila, nada los controla. Meses después, “haiga sido como haiga sido” Felipe Calderon le robó la presidencia a AMLO y bajo el cobijo del esposo de Margarita, Azcárraga realizó a Mexicana de Aviación un fraude para quebrarla a menos de 5 años de haberla comprado al gobierno de Fox en una ganga y a crédito, y entre sus triquiñuelas reactivó la figura legal del Conflicto de Naturaleza Económica, copiada por muchas compañías desde entonces, con la cual los patrones pueden demandar que los empleados les cedan “voluntariamente” una parte de su salario en caso de “problemas financieros”, figura que no se utilizaba desde los tiempos de Porfirio Díaz, pues hasta el PRI había entendido durante años que era un proceso contra natura, de los principios básico de una relación obrero patronal mínimamente justa.
Pues bien, que la medida tomada por los hombres de poder, hizo crecer en las preferencias a quien querían bajar, llevándolo a rebasar el techo de preferencia que cualquier candidato a presidente haya tenido en la historia reciente de México.
Su cálculo fue tan malo, que hoy con las encuestas mostrando como un seguro ganador a AMLO, en una especie de control de daños tienen que buscar una reunión con el tan detestado candidato para limar asperezas, lo que no solo muestra que erraron en la estrategia, sino que además dan la señal de confirmación del triunfo del tabasqueño, pues nunca los señorones habían tenido que “rebajarse” a hablar con ya sabes quién.
Y es que al parecer, como dice la canción de la Sonora Santanera, “Y los empresarios, lo saben, lo saben”.