Desde Filomeno Mata 8
Por Mouris Salloum George*
En el crispado ambiente de la sucesión presidencial de 2018, salpicado ya por sangre de militantes partidistas y precandidatos a diversos puestos de elección popular en los estados, y por las cubetas de lodo que intercambian algunos aspirantes a Los Pinos, resulta oportuno y prudente el deslinde del presidente Peña Nieto, precisando que su única participación será el 1 de julio cuando emita su voto.
Dado que la irrefrenable pugnacidad de los beligerantes por la Presidencia de México no la contienen ni los árbitros electorales, la posición presidencial vale al menos para los miembros de su gabinete y mandos subalternos en algunas secretarías federales a las que, con pruebas o sin ellas, se les imputa el uso de programas y recursos públicos en campañas del partido en el poder.
Al libre albedrío del dirigente nacional del PRI, Enrique Ochoa Reza y sus comandantes activos en el cuarto de guerra queda la lectura del mensaje del mexiquense, que no quiere ser parte de los dimes y diretes que sustituyen las ideas y los programas de gobierno en sus contactos con los potenciales votantes o en su lengua a lengua contra el adversario.
PRI: A retomar su “vocación ciudadana”
Del evento tricolor en efemérides de la fundación del Partido Nacional Revolucionario (1929) el pasado 4 de marzo quedan los ecos del discurso de José Antonio Meade Kuribreña a la nomenclatura del PRI.
Citamos la evocación del candidato presidencial a su padre, Dionisio, quien durante su carrera hizo profesión de fe priista, que lo hizo legislador y activo de las administraciones púbicas con jefe tricolor.
Una proposición retórica de Meade, es de subrayarse: Que el PRI le dé contenido y praxis a su vocación ciudadana.
No queda duda de la semántica del término: Aplica a la condición del individuo como titular de derechos político.
La propia Constitución, al declarar a los partidos como entidades de interés público, les impone a éstas el imperativo de promover la participación del pueblo en la vida democrática y… como organizaciones de ciudadanos, hacer posible el acceso de éstos al ejercicio del poder público.
A mayor abundamiento, el viejo PRI, al tratar de diferenciarse de los partidos de cuadros (en alusión directa al viejo PAN), se ostentó como partido de masas; esto es, como activa congregación del conjunto de ciudadanos.
Parecería, según nuestra lectura, que Meade, nominado como candidato simpatizante del PRI, prefiere identificarse como candidato ciudadano, según sus propias palabras dominicales.
Seguramente, ya en campaña formal, el candidato presidencial priista haga puntualizaciones al respecto.
Por qué vendo mi voto
Algunas crónicas del aniversario priista, al consignar el optimismo triunfal del ex secretario de Hacienda, le escucharon decir: Y si no, que pregunten en el estado de México; obviamente, en referencia a la continuidad del Institucional en el poder en esa entidad, como resultado del proceso electoral de 2017.
El dato nos da pie a otra consulta. La de un ensayo titulado Por qué vendo mi voto. Se trata de un estudio acometido por estudiantes de la Facultad de Estudios Superiores (FES/ Acatlán), basado en un análisis documental de testimonios recogidos en los municipios de Naucalpan, Tlalnepantla, Ecatepec, Tultitlán y Cuautitlán, todos del estado de México.
Algunos lectores de ese ensayo, a partir de aquellas entrevistas, definen el ejercicio electoral en el estado de México como operación de libre mercado.
Los que administran el tianguis electoral; esto es, los partidos políticos en contienda, prefieren lanzarse a la compra del voto en segmentos que carecen de instrucción formal y su escolaridad no llega a la secundaria. Por lo mismo, son ciudadanos, jefes de familia los más, cuyos ingresos no pasan de entre mil 500 y 4 mil 500 pesos al mes.
Cuando se acepta el pago por voto de 750 a mil 200 pesos, aseguran algunos de los testimonios incluidos en el estudio citado, esa quincena tuve dinero suficiente, estuve tranquila; no tuve que andar pidiendo dinero o salir ajustada de cuentas…
La compraventa de votos no cambia la conciencia social sobre el fenómeno corruptor: “No existe la democracia en México, ya no sirve de nada votar, sólo es para aparentar que las elecciones se hacen, pero al final ponen al más rata, al que más les conviene… de todas maneras, va a seguir siendo igual. Todos son iguales esos políticos: Rateros, interesados, corruptos; todos son iguales”.
Entre pobreza “moderada” y pobreza extrema
El Consejo Nacional de Evaluación de las Políticas de Desarrollo Social (Coneval), en uno de sus reportes sobre el estado de México, concluyó que son víctimas de pobreza extrema más de un millón 300 mil mexiquenses. La población en “pobreza moderada” sería, del total, de 34 por ciento.
La pobreza extrema se presenta cuando la persona tiene hasta tres carencias sociales y su ingreso no alcanza ni para adquirir la canasta alimentaria básica.
En la entidad citada, como candidato y ahora como gobernador priista, Alfredo del Mazo Maza repartió en campaña y lo sigue haciéndolo, tarjetas rosas con saldos en efectivo, para mujeres necesitadas.
“Y si no, pregunten en el estado de México”, diría Meade, el ex secretario de Desarrollo Social, en su discurso conmemorativo del aniversario del PRI. Pues ahí están algunas respuestas para tomar en cuenta en 2018.
*Director General del Club de Periodistas de México, A.C.