La insoslayable brevedad
Javier Roldán Dávila
En política después del ¡me la pelan! viene el crujir de dientes
El doctor Hugo López-Gatell, es el responsable de la estrategia gubernamental contra la pandemia del COVID19, aunque cuente con un grupo de asesores, las decisiones finales las tomó él, desde luego, después de convencer a su patrón de que era lo correcto.
Nadie culpa al médico por el exceso de gordos o diabéticos, ni tampoco por las fallas estructurales del sistema de Salud Pública, sería un despropósito hacerlo.
Los señalamientos contra el funcionario, tienen que ver con la enfática negativa a promover el uso del cubrebocas y por el abandono en que se dejó a los trabajadores del sector salud, al no dotarlos con los implementos sanitarios requeridos.
Además, don Hugo tiene que asumir que su recomendación para no aplicar pruebas masivas, fue un error garrafal, el método centinela, usado como alternativa, falló en lo absoluto, la experiencia de otros países lo demuestra en forma indiscutible.
No sobra decir que, el exhorto para que todos aquellos que tuvieran síntomas se quedaran en casa sino estaban en un grupo de riesgo, provocó muchas muertes, que se hubieran evitado de acudir al hospital, esta propuesta fue la antítesis de la medicina preventiva.
Así pues, aunque hoy se ría, en un exceso de frivolidad, de las críticas y diga a sus íntimos: YSQ me protege, de cierto le decimos: ya vendrá su turno y no precisamente…al bate.
