DIARIO DE ANTHONY
5… p.m. No sabía ya si escribirte. Todo lo que intentaba no era otra cosa más que pura presunción. No podía pasar al siguiente cuento. Porque de todas maneras ya no importaba. Entonces tenía la vaga sensación de que con “Nacer Pobre” obtendría algo de “atención”.
Buscar dizque una beca o… la mierda. El dolor me tenía así y… Me juraba y volvía a jurarme… Tonterías. Ya no podía hacerlo, escribírtelo.
Sobre-vivía como podía. Había “vendido” 20 copias de “Dispararos en el bosque” a 20 pesos cada una… a las personas que amablemente SIEMPRE me apoyaban.
¿Sabes qué es gracioso? Que cuando hablaba del cuento, hablaba y decía que era lo más genial y original… Ahora que no siento tanto DOLOR es que puedo darme cuenta de lo ridículo que fui. Dije una y otra vez que el cuento alguna vez lo vendería para una película… ¡Patrañas!
Ahora no sé qué pensar, y mucho menos qué sentir. Ya quiero dejar de “escribir”. Aun no mando “Nacer Pobre” y… Lo he estado componiendo y revisando. Montones de veces le he suprimido palabras, para después agregarle otras… Ahora vuelvo a dudar de si estuvo bien añadirle un “ah” un la última línea.
Bla bla bla. No sé qué es lo que me pasa. Ya no creo en mí y… He estado leyendo dizque “El Arte de la Guerra”, escrito por un talTzun Tsu, o algo así. ¡Es pura estúpida psicología simple! “Que si los estúpidos del partido opositor –pri, pan, morena, la mierda verde esa ecologista, y quién sabe cuántos partidos idiotas más- te creen fuerte, pues entonces hazles creer que eres débil, y que si te creen débil, mejor, que porque después les demostrarás que en realidad eres fuerte…!” ¡Puras mamadas!
Bla bla bla. Aun no mando el cuento y… Creo que me gustaría ganar ese puto concurso, tan solo para, ah, obtener un poco de dinero. Me importa un carajo lo demás. Sé que el cuento VALE, y mucho, pero ¿acaso esto yo lo digo y lo decido? ¡¿Ves?!
¡Sepa quiénes sean los tarados jurados del mismo, quienes han de DECIDIR el fallo…! Si tan solo ganase esos putos 50, 000 pesotes mexicanos… ¡Oh! Pero no soy blanquito, ni mucho menos “conocido”, así que… ¿no ganaré?
A duras penas y garabateo todas estas letras y palabras… Bla bla bla. Supongo estar “cansado”, ya sabes. Ha sucedido demasiado desde entonces y… Me pregunto en dónde sacaré fuerzas mañana para teclear todo esto…
No he querido pasar al siguiente cuento. Y creo que nunca lo haré. Haré unos 50 juegos de “Nacer Pobre”, y enseguida me pondré a “promocionarlo”. Creo decir que “es lo mejor” que he escrito. Es decir que es impactante y… Creo que me gustaría acabar uno de estos días como esos niños…
Bla bla bla. ¡La puta beca! No sé qué es lo que haré… Sentir que tal vez NUNCA podré luchar por eso, por la beca… aunque –según yo- ya tenga un trabajo que me lo amerita. “Nacer Pobre” es un cuento único. Y si no lo digo yo, ¡pues entonces quién chingados!
Aquí le paro… ¡No tengo ni una puta gana de seguirte escribiendo NADA!
Pd. Creo sentirme como ese mariquita de Rulfo… Estoy como que bien depre… Y no es para menos. Luego pienso. Estos días sobre-viví gracias a esas copias, pero ahora… de nueva cuenta ya no me queda ni un puto peso mexicano… (Era T-Sun-day en la plaza, mientras el sol se ocultaba… Ahora es mon-day y… por suerte acabo de terminar de teclear todo esto. Ya me puse el iliadin, así que mi nariz… Ah, ¡mi nariz!
“What tomorrow will bring?! Sólo el cielo lo sabe… I don´t! Así que… Trata de no preocuparte… )
A. SMART
Junio/24/2018