Infinidad de líderes de opinión coinciden en afirmar que los sucesos de Tlatlaya, escenario en el que “las armas nacionales se cubrieron de luto”, y el destape del asunto por parte de la revista Esquire, distribuida aquí por un emporio televisivo, iniciaron el derrumbe del “gobierno”.
Una masacre que fue justificada en su momento por militares y “autoridades” políticas –léase: Eruviel Ávila, entre otros– por el presumible resguardo que hacían las fuerzas del orden federal de sospechosas cantidades de droga y armas destinadas a utilizarse en fines ilícitos.
A los bochornosos sucesos de la bodega misteriosa de Tlatlaya, se sucedieron los impúdicos eventos ocurridos en las ergástulas donde estaban separados los militares indiciados, lugar en el que sus “compañeros de armas” abusaron sexualmente de ellos, sometiéndolos al escarnio público.
Ya encarrerado el gato… le siguió la comparecencia del General Secretario ante una Comisión de la Cámara de Diputados que, buscando obtener mayor información sobre lo acontecido en la macabra Iguala, fue enterada de otras cosas.
Entre ellas, que las fuerzas armadas destacamentadas en el 27a. Zona Militar con sede en Iguala, fueron “chamaqueadas” por el primo de Abarca, Felipe Flores (secretario de seguridad pública local), quien al ser inquirido por los recios guardianes de la Nación, les contestó por teléfono, algo para la historia:
Que, en efecto, los disparos que se habían escuchado hasta la sede militar habían sido producidos por cohetones de feria… que no pasaba nada en todo el municipio… y que, si pasara, él mismo se encargaría de informarlo.
El titular de la Defensa sostuvo esta tesis ante los diputados. Y no sólo eso, su equipo de comunicación social se encargó de propalar la versión en sendos boletines informativos y titulares de prensa diseñados para el efecto.
Al mismo tiempo, durante una ceremonia de ascensos el 20 de noviembre pasado en el Campo Marte, donde tomaron la palabra representantes de los tres poderes de la Unión –para arropar al Presidente–, el General Secretario echó por tierra la teoría general del Estado aceptada universalmente.
Arrasó con el concepto de la seguridad pública adoptado por todos los países occidentales, desde que fue confeccionado por los pensadores jónicos, como la primera obligación –y casi la única– de cualquier gobierno.
¡Ah, no! Mi general Cienfuegos, ex jefe administrativo de la Institución, se atrevió a decir que la seguridad no sólo era obligación del gobierno, sino también del pueblo. Los patos armados con las escopetas. Casi lo mismo, pero empleando una tautología engañosa:
“Que la inseguridad y el crimen organizado, son solo culpa del Gobierno, esa actitud poco abona; son problemas de todos y solo juntos podremos vencerlos, son problemas del Estado, no del Gobierno”, sentenció.
Ahora, en el aniversario de la Marcha de la Lealtad, mi general vuelve por sus fueros y desata su intrépida oratoria para señalar con índice de fuego a un “sector que nos quiere distanciar del pueblo. Imposible, somos uno y lo mismo. Basta ver el rostro, la piel, el pensamiento y el corazón de cada soldado para saber que somos pueblo”.
Y define la lealtad, con un pensamiento más profundo que cualquier abismo de una montaña: “la verdadera lealtad es perpetua, absoluta y total” (¡soopas!)
Como decía Groucho Marx, el reconocido genio del humor involuntario: “Estos son mis principios, pero si no le gustan, ¡tengo otros!”
No es Propio de Militares Hablar de Política
La aspiración culterana de los miembros armados del gobierno no es nueva. Yo recuerdo, cuando el Presidente en turno buscaba los perfiles adecuados de los generales de división para nombrarlos jefes de zonas importantes, con una meticulosidad reveladora.
En las cabeceras de las zonas más cercanas territorialmente a la sede de los poderes, el Distrito Federal, se buscaba a los que tenían menores antecedentes académicos y mayores virtudes en las actividades físicas. Los que destacaban en asalto en despoblado eran más útiles que los dieces en trigonometría.
Hubo casos en que el gobierno, a través de la Secretaría de Gobernación –cuando existía–, tuvo que mandar llamar a generales que desempeñaban labores de ayudantía militar en embajadas de la “Ruta Baygon” o de la “Taco Bell” para rogarles se hicieran cargo de la comandancia de Cuernavaca.
Conforme se iban alejando los círculos territoriales de las sedes en disputa, iban designándose a aquéllos cuya lealtad no estaba tan garantizada, pero había que prendar sus atributos demostrados en las aulas de las escuelas superiores de guerra.
En fin, los aciertos discursivos del general Cienfuegos, han bastado para comprobar que no es lo propio de los militares hablar en público de temas políticos. Zapatero a tus zapatos, dice el refrán.
Porque eso, lamentablemente, es lo que separa al pueblo de su Ejército.
Pausa: El Ministro Franco Está Discapacitado
De paso, para acallar las ansias retóricas de la milicia, salta al escenario un tierno ministro de la “Corta”, Fernando Franco y –obvio, el doble apellido– González Salas, quien se atrevió a decir que los niños discapacitados debían tener una ubicación especial y separada de otros menores sanos.
Lo anterior no sería grave si no fueran datos duros, reveladores del nivel de descomposición de los aparatos serios del sistema. Están fallando sensiblemente, al nivel de la línea de flotación, los equipos de inteligencia.
Presumiblemente armados a prueba de balas y con sensibilidad de motor europeo, los mejor pagados del Continente, con sobresueldos que compensan con largueza los peligros a los que supuestamente están expuestos sus analistas, hoy se encuentran en franca crisis.
Sus mejores indicadores exhiben una torpeza meridiana, que hacen dudar de su fiabilidad. Con ellos, el “gobierno”, divagando en el limbo, ha perdido el oído, el olfato, el tacto, la vista y hasta la memoria. En materia de seguridad nacional, somos un paralítico con demencia senil, por decir lo menos.
Franco y González Salas, aplicando su propia “verdad”, está mentalmente discapacitado. Deberían separarlo de los otros ministros de la “Corta” que presumo –aunque no garantizo– están “sanos”.
‘Tá cabrón, pero como dice Niurka, “es la veldá“.
La Ausencia de Gobierno Provoca Ingobernabilidad
A falta de aparatos de inteligencia civil y militar. Ante la interesada ausencia de una real oposición, los medios y las redes sociales han tomado el lugar de ellos para denunciar, urbi et orbi, el tamaño de la crisis imperante.
El caro, carísimo aparato de “inteligencia”, vive angustiado con las sorpresas que dan los marchistas de la CNTE y los orgánicos del SNTE que salieron del control de los inútiles gobernadores, y que a cualquier hora del día pueden estrangular nuestra vida ordinaria, sin ningún asomo de reclamo.
El carísimo aparato de seguridad nacional es rehén de las ocurrencias de un grupúsculo “desestabilizador” comandado por el magnate de la telefonía que encuera en sus periódicos la “corrupción ” de los políticos, desde la inmunidad de su atrevimiento impune, protegido por un imperio económico construido con la complicidad gubernamental.
Y es víctima de sus propias noticias. Porque oiga usted, eso de cacarear que, después de 45 años, este enero es el primer mes con baja inflación, no es para presumir ; es para poner los pelos de punta, porque quiere decir que la resequedad económica del Virrey Videgaray, ya tocó los ijares de la encabronada población.
Quiere decir que ¡la gente no tiene circulante, ni para afrontar la cuesta de enero y los gastos más apremiantes que debe hacer una familia para sobrevivir!
Al mismo tiempo, nos enteramos que las familias burocráticas Téllez, Hank, Ebrard, Elías Ayub y demás, tienen su circulante en groseras cantidades en bancos suizos para evadir al fisco y a la opinión pública. Si no fuera por la ingente necesidad de los aparatos fiscalizadores de la prensa internacional, no nos hubiéramos enterado.
Todo pasa. Todo a ciencia y paciencia de los aparatos de seguridad e inteligencia (sic) del Estado!
¿Si no querían el poder, para qué lo quieren ejercer? Tal parece que su ejercicio se ha reducido a negociar tras un escritorio las comisiones que, por adelantado, deben pagar los empresarios favorecidos. ¿A poco no?
Índice Flamígero: En todo el país, pero sobre todo en Guerrero, siguen preguntándose qué fue lo que hizo enojar a los decision-makers de Los Pinos con Ángel El Gordo Aguirre Rivero. El nepotismo, la corrupción enorme, su falta de cumplimiento a sus mínimas obligaciones –la impuntualidad, por ejemplo, de la que fue víctima el mismísimo EPN–, todo, absolutamente era sabido y varias veces publicado. ¿Por qué hasta ahora? ¿Qué se comió o qué fue lo que vomitó? Las cábalas van desde lo económico, que no brindó cuentas claras… que fue él quien indujo la mirada popular hacia el Ejército por el caso Iguala… ¡hasta la dizque persecución “política” a Marcelo Ebrard! ¿Usted cuál cree?
www.indicepolitico.com / pacorodriguez@journalist.com / @pacorodriguez
Buena publicación Sr. Francisco Rodríguez. Me quedo con esta publicación excelente sobre el Rector Don José Narro Robles, por que en la UNAM tiene mas nombre que si se va a arrear burros (maestros que se manifiestan abandonando las aulas) que en la SEP.
Y ¿Cómo no van a ser alumnos felices en la Uiversidad? Baste ver a los muchachos que , ya de por sí, van con dificultades económicas a estudiar; con un pan y un vaso de café en la panza para aguantar así hasta la tarde-noche. O como los estudiantes a quienes ya se les dificultó seguir asistiendo por que no más los padres ya no los pueden apoyar de ninguna manera y éstos tendrán que darse temporalmente de baja en mientras los compañeros les ayudan proporcionándoles algún pedazo de cartón de la despensa de su casa para hacer cuadernos reciclados y obtener así unas monedas que tampoco asegurarán su regreso a las aulas.
Apenas han pasado unas semanas de que iniciaron las clases y los salones ya empiezan a quedar vacíos.
Claro Sr. Rector, desde luego que los alumnos viven en una felicidad absoluta¡¡¡¡¡¡
eeeeee
Los partidos políticos TODOPODEROSOS, dueños de todos los medios, nos han hecho iguales en el MIEDO Y MISERIA. En toda la historia, todos los ejércitos del mundo están para proteger a RICOS Y PODEROSOS.
Ir a votar por la porquería menos puerca, al votar mi puño y letra se sentirán como asesinos, por que mi conciencia no ira, de lo contrarío esta escribiría, voto sin vergüenza por la pu.ta que te pario y seleccionara sin ver, a fín de cuentas, cualquier porquería sigue siendo una porquería
YA NO HAY PARA DONDE VOLTEAR: NI LA SUPREMA CORTE (ME RECUERDAN A LA TREMENDA CORTE, EXCEPTO POR LOS SUELDOS) NI EL EJERCITO (ME REFIERO A LOS GENERALES Y AL COMANDANTE SUPREMO) NO HAY QUIEN NOS PUEDA SALVAR DE LOS POLITICOS Y GOBERNANTES. BUENO, NI EL CHAVO DEL OCHO, QUE EN PAZ DESCANSA.
Los militares estan bajo el mando del Presidente y gusteles o no’, estaran salvaguardando al mismo y no son ajenos a intervenir en lo que dicen que es politica..