- La instrucción es no cambiar nada; se impondrá decisión presidencial
Miguel A. Rocha Valencia
En materia de amparo y electoral, las reformas presidenciales se impondrán tal cual se enviaron a la oficialía de partes llamada Congreso de la Unión donde la mayoría ya se lavó el dedo índice para alzarlo a la hora de votar y aprobar sin cambios los proyectos que les mandaron de palacio Nacional, eso a pesar del despiste de Ricardo Monreal quien dijo que habría consultas.
De ninguna manera habrá cambio alguno en materia de Amparo aunque los más renombrados juristas y especialistas digan que se trata de un abuso del poder público que quita una de las pocas armas con que cuentan los mexicanos para defenderse de actos de gobierno, en especial las agrupaciones o en su caso, los particulares que a nombre de alguna organización demande protección legal.
Pero además para de una vez por todas acabar con algún tipo de medio molesto, se dejará en la indefensión a los empresarios de medios electrónicos que se pasen de listos o sean incómodos. De entrada, por utilidad pública se le puede cancelar la concesión, rematar sus bienes (si le inventan un adeudo) y dejarlo en el desamparo sin que exista la posibilidad de una suspensión a los actos oficiales aunque sean notoriamente abusivos.
Es decir, los cambios legales propuestos por la president(a) parecen tener la firma del profeta de la 4T y con ello, como ocurrió con el poder Judicial, vengarse de aquellos que se atrevieron a desafiarlo. Claro, a la actual inquilina de palacio no le desagradan porque está hecha a semejanza de aquél y cualquier pregunta difícil lo considera una agresión de parte de los neoliberales, la mafia del poder a de quien sea el enemigo favorito del momento.
Tienen dedicatoria en lo del Amparo a las garantías constitucionales que reducen así el volumen de defensa frente a actos de poder, como lo que sucede en la selva Maya, donde aun hay señales de resistencia luego de la destrucción de cientos de miles de hectáreas de flora y más de 10 millones de árboles destruidos y todo para atender el capricho del mesías de regalarle a los militares un trenecito y sus respectivos complejos turísticos.
Los amparos colectivos contra abusos y despojos no van a proceder, aunque nunca obedecieron suspensiones en la 4T.
Al inicio se dijo que la iniciativa se sometería a un parlamento abierto que al final sirve para lo mismo, pero luego desde Palacio llegó la orden terminante, se va como está y así se aprobará, aunque como siempre con estos ineptos cuatroteros, se deban hacer adecuaciones posteriores a las reformas como ocurre con la Judicial que sigue inacabada.
Igual va a ocurrir con la dizque reforma en materia electoral cuyo fin se trasluce de inmediato y en su euforia la reveló el coordinador del oficialismo para el efecto, el nefasto rábano de Las Lomas, Pablo Gómez Alvarez cuya comisión se creó sólo para darle una salida “digna” luego de que al hacer denuncias contra medio mundo de la oposición, repudiar a los pluris de donde él mismo salió y desde luego acusar del excesivo gasto en el aparato institucional.
Primero dijeron que se iba directo a comisiones, luego que siempre no, que se abrirían foros de debate con especialistas y hasta con exconsejeros y magistrados electorales. Pero al final, ya está todo escrito, tan es así que en las primeras juntas ni siquiera se anota lo que digan los ponentes a los que sólo se da cinco minutos para plantear proyectos, algunos tan “jalados de los pelos” como el volver pluris a todos los miembros del Congreso.
El tema va a estar en medios algún tiempo, pero con el oscuro y mamón de Gómez Álvarez, no va a tener mucha relevancia, claro siempre y cuando no surja algún escándalo propiciado por opositores o lo mismos morenos a quienes pega de lado la reforma pues también sus espacios de poder se reducen, especialmente para las rémoras de los verdes y los rojos.
Si es para tener ocupados a los detractores, va a funcionar muy poco, porque el tema electoral como el del amparo, con dedicatoria y todo, ya se sabe que van a “pasar” si no, para qué “queríamos” la mayoría en el Congreso.
Claro se mete a los “especialistas” y opositores para legitimar los cambios y presumir de un proceso democrático, pero la verdad, dicen los enterados, es que ni los oyen ni los ven.
¡Viva la 4T! (Chin ya me proyecté)