- Otro piropo cargado de veneno; México sin corrupción ni impunidad, Ajá
Miguel A. Rocha Valencia
Como preludio a los nuevos aranceles que aplica Estados Unidos a partir de hoy a medicamentos y vehículos pesados especialmente provenientes de Asia y triangulados por nuestro territorio, en el gobierno del aquel país se reconoció a la president(a) de México como poderosa, con alto liderazgo y reformista. Les faltó apuntar dócil y entreguista.
De nuevo se aplica la dosis de piropo y luego se asesta el descontón si se toma en cuenta que una de las más valiosas plataformas de exportación de productos asiáticos e indios hacia el mercado estadunidense es México, donde desde hace más de una década la penetración comercial es superlativa a través de diversos canales legales o de contrabando.
Pero a pesar de ello parece que “apenas” el gobierno de la 4T, a través de Marcelo Ebrard Casaubon, se dio cuenta de esa penetración que es manifiesta desde hace más de una década donde las administraciones morenistas sirvieron de puente oficial para la invasión sobre todo de los productos chinos a los cuales encontramos ya no en el contrabando, sino en establecimientos comerciales legales y de lujo.
Incluso Don Marcelo abrió la puerta del gobierno capitalino a las empresas chinas por resultar más atractivas para hacer “negocios” de todo tipo especialmente en el tema del transporte donde fueron poco a poco desplazadas las europeas. Las nacionales como la fabricante de ferrocarriles, fueron cerradas.
Los intereses detrás de esta penetración son de muchos miles de millones de dólares y a nadie le importó hasta que el gobierno de Estados Unidos dijo ya no, presionado seguramente por sus propios empresarios con intereses en territorio mexicano, básicamente en los temas químico, electrónico y automotriz.
De hecho el secretario de Economía ya “se dio cuenta” que la competencia automotriz asiática a las plantas de marcas estadunidenses es real por los precios y advierte que, si se van General Motors, Ford y hasta Nissan, se perderán cerca de 320 mil empleos y, por lo tanto, con la misma motivación que el gobierno de Donald Trump, se imponen aranceles a las marcas chinas.
Esa declaración resulta mentirosa y demagógica dado el nivel de negocios que hay con el país asiático, incluyendo los trenes para la vía AIFA-Pachuca-Buenavista, además del equipó fijo y material rodante para los otros ferrocarriles proyectados por este gobierno, donde la inversión será privada en su mayoría, aunque no se aclara si eso conlleva concesión de usufructo o será de los militares.
Todo esto se da en medio de una desaceleración o parálisis de la economía, ya que, si bien el fundamental llamado peso “gana” al dólar por la depreciación de este, en la realidad mexicana, no hay crecimiento como lo muestra la caída ya sistemática del empleo formal, donde de los 59.5 millones de la Población Económicamente Activa, 32.6 millones están en la informalidad, segmento en el que cae un mayor número de empresas mes con mes.
De acuerdo con Inegi, 64 por ciento de las unidades económicas registradas están en el sector informal; 6.4 de cada 10, lo cual implica pérdida de impuestos empresariales y del ISR. Por eso llama la atención cuando afirman que los ingresos tributarios aumentaron cuando formalmente hay menos causantes.
Total que como dicen los economistas el mercado laboral en México sigue mostrando señales de enfriamiento y se tienen en la formalidad 201 mil plazas menos que el año pasado, en un proceso que va en aumento básicamente en los sectores rurales o no urbanos.
Pero sin duda la 4T va a presumir al súper peso que sube no por sí mismo sino por la caída del dólar, el “rescate de muchos millones de pobres” a costa de billones de pesos en aumento de deuda donde mucha culpa tiene Pemex con sus pérdidas y la transferencia de recursos fiscales que para 2026 se propone sean 263 mil millones de pesos, más los casi 600 mil millones que se le inyectarán con el fondo creado por Banobras y los bonos despachados por Hacienda para pagar deuda a proveedores.
Donde también habrá énfasis en el informe de “logros” será sin duda la batalla, que no guerra, contra un crimen organizado que por un lado se gana con el encarcelamiento de miles de “generadores de violencia” y decomisos de drogas que decían que no existían y por el otro frente a la “baja” en asesinatos, aumenta en la misma o mayor proporción el monto de los desaparecidos, crecen las extorsiones y los crímenes cometidos al amparo de instituciones y personajes públicos de alto “calado”, aunque luego se les exonere desde palacio Nacional.
Porque no se nos olvide, la corrupción no existe en la 4T y menos aun la impunidad aunque los robos, fraudes y demás atracos, estén evidencias públicamente con pruebas documentadas.