- “Agradecimiento” a la 4T lo pagaremos caro; todo está mal y va para peor
*Miguel A. Rocha Valencia*
Sin dinero, deudas impagables, proyectos que no avanzan e inversión que no llega, pintan un panorama muy triste para México en los económico, lo mismo que en lo social.
Lo peor es que no se ve en el corto plazo una mejora, no con la 4T empecinada en comprar con deuda su permanencia en el poder y hundirnos con empresas que sólo sirven para que los cuatroteros roben y perder dinero del que ya no hay, a través de transferencias presupuestales y perdones fiscales.
Los más recientes datos revelan que de plano el “crecimiento” del país no pasará del 0.4 por ciento y podría caer al 0.2 por ciento, es decir nada frente a un endeudamiento adicional que se calcula en billón 800 mil millones de pesos con los cuáles apenas alcanzará para gastar un billón en programas sociales y pagar parte de los intereses de la deuda con vencimiento en 2026, lo demás saldrá de dinero fiscal.
También del presupuesto saldrá el dinero para pagar los intereses de la deuda de 104 mil millones de dólares de Pemex y los intereses por 600 mil millones de pesos que se consiguieron a través de un fondo de inversión de Banobras y bonos de Hacienda para cubrir los adeudos con prestadores de servicios de la paraestatal.
De alguna manera tendrá que cubrirse, seguramente con “perdones” fiscales las pérdidas de la misma petrolera que recibió apoyos extraordinarios que dejaron un “faltante” de 284 mil millones de pesos en los ingresos del gobierno federal y que debió entregar Pemex a la Tesorería de la Federación por sus ventas.
Respecto a las pérdidas, mejor n se habla pues lo mismo que con la Comisión Federal de Electricidad, son un hoyo que no se detendrá especialmente por la caída en la producción, los robos “huachicol” y los fraudes con hidrocarburos.
Ese hueco financiero representa, según los expertos de México Evalúa, cinco veces el presupuesto del sector Salud, lo cual será un obstáculo para la nueva modalidad del gobierno para mejorar los servicios médicos y entregada de medicamentos a la población, especialmente la más vulnerables y beneficiaria del ISSSTE e IMSS con eso de “Trato Digno” y las farmaciotas, luego de que las caravanas por la salud, resultaron otro fraude con el que se trató de justificar la ausencia de fármacos en las clínicas.
Con eso y lo que ya se mencionó en este espacio de los casi tres billones destinados a programas sociales y pago de pensiones contributivas y del Bienestar, hacen que el dinero sea uno de los bienes más escasos en las arcas públicas que sólo se llenan de recursos prestados y por los cuales se pagan intereses por arriba del siete por ciento y pegan a la disponibilidad de dinero.
Muestras claro de que no hay dinero no es sólo la ausencia de apoyos para satisfacer demanda de productores agropecuarios como ya dijo la jefa del Ejecutivo, sino también para que este gobierno piense al menos en una obra emblemática como el proyecto de los trenes, donde nadie del sector privado se apunta para invertir.
Es por ello que el proyecto ferroviario del gobierno de la Cuarta Transformación no avanza y sus pérdidas continúan ampliándose: según los estados de resultados de la paraestatal el Tren Maya perdió en el periodo enero-septiembre de este año, poco más de 2 mil 681 millones de pesos.
Además, el trenecito propiedad de los militares no ha podido ampliar sus líneas de negocio e incentivar una mayor cantidad de turistas nacionales e internacionales y resulta que durante los primeros tres trimestres de este año, generó apenas 387 millones de pesos por servicios de transporte y gestiones comerciales relacionados con su operación, incluyendo venta de “recuerdos” que en el lapso mencionado le dejaron la ridícula cantidad de 689 pesos.
La transferencia de recursos ya se moderó para continuar obras y eso significa que no hay dinero fiscal para continuar y los inversionistas nada más no le entran a ninguno de los trabajos, salvo como contratistas, pero no como inversionistas.
Así están las cosas y como se ve el futuro, el dinero privado no va a fluir, aunque en el Zócalo nos vayan a decir lo contrario. Los hechos ahí están y eso, debe preocuparnos pues significa menos ingresos, falta de empleo y mucho riesgo para el país que pagará caro la acumulación de una deuda que es el costo de comprar el agradecimiento popular.




