homopolíticus
Realpolitik y Pragmatismo
El verbo Gobernar se conjuga en Morelos de modo indicativo, en tiempo presente: «Yo gobierno».
Un día antes de la conmemoración del nacimiento del carpintero de Belén, Margarita González-Saravia —contando apenas 84 días en el cargo— dijo en Jojutla «Estamos gobernando», utilizando el plural que subraya el singular.
La gobernadora anunció tres obras que, como otras de igual envergadura, marcarán su sexenio con un antes y un después: el distribuidor vial de la Universidad estatal, del circuito carreteril Tierra y Libertad y el Centro de Convenciones.
El antes, está dado: sólo el gobernador Lauro Ortega [†] realizó de 1982 a 1988 obras de tal magnitud que siguen —y seguirán— beneficiando a las nuevas generaciones. No es en absoluto atrevido decir que don Lauro sigue trabajando, mientras otros descansaban, como Adame, Graco y Cuauhtémoc. Ahora, la que trabaja, incluso los domingos, es Margarita.
Del distribuidor vial existe el proyecto desde 2018 y no hubo interés del cuauhtemato por conseguir recursos y aval, lo que sí hizo Margarita, obra que incluso anunció la presidenta Claudia Sheinbaum. Del circuito carretero Tierra y Libertad —160 kilómetros por rehabilitar y tres mil millones de pesos de inversión—, ya se estrenó un tramo en Jojutla.
Pero el «Yo gobierno» tiene más: al Centro de Convenciones, que prometió construir Bellis perennis y que también anunció Sheinbaum, donde se van a invertir al menos mil millones de pesos, la Presidencia Municipal de Cuernavaca le puso trabas a la licencia de construcción… porque faltaban cajones de estacionamiento.
Un acuerdo de primer nivel atorado en el Departamento de Negocios Ilícitos. ¿Cajones de estacionamiento, cuando tienen las calles llenas de comerciantes ambulantes y de cantinas abiertas todo el día a deshoras de la madrugada, convertidas las calles en un monumental estacionamiento?
Entonces, ¿qué se desdiga la inquilina de Palacio Nacional? «Siempre no se va a hacer el Centro de Convenciones, porque se opone el gobierno panista de Cuernavaca», diría. Mil millones de pesos, cientos de empleos directos y bien remunerados, turismo, reactivación de la economía… ¿a la basura por decisiones de mediocres y corruptos?
El «Yo gobierno» margarista se ejerció —una demostración de Realpolitik y del filosófico pragmatismo que tanta falta hacía en la toma de decisiones— y las próximas horas se puede anunciar que iniciará la obra de construcción del Centro de Convenciones.