La insoslayable brevedad
Javier Roldán Dávila
No es lo mismo sentar jurisprudencia que sentarse en la imprudencia
Resulta que el pasado martes, al hacer la presentación de un libro, el ministro presidente de la SCJN, Arturo Zaldívar Lelo de Larrea, reveló que recibió presiones del ex presidente Calderón, sobre su resolución acerca del trágico caso de la guardería ABC.
Histriónico, el abogado afirmó: “Hoy puedo dar fe de una operación de Estado para proteger a la familia de la esposa (Margarita Zavala) del presidente (Felipe Calderón), para proteger a los altos funcionarios públicos de ese gobierno”.
Hoy puede dar fe, se vanagloria, de un hecho ocurrido en 2010, por ello, preguntamos: ¿por qué hasta ahora señor ministro? ¿hay cálculo político o de pronto se acordó?
Explícito, agrega que recibió la visita del entonces secretario de Gobernación, Fernando Gómez Mont, quien le habría dicho que no lo apoyarían en su resolución sobre el fatídico asunto, a lo que respondió que no llevaría ‘en la conciencia la muerte de 49 niños’, además de pedir que le dijera al mandatario ‘que había postulado un ministro, no un secretario de Estado’, que no era su empleado pues.
Se infiere, que todo quedó en una tentativa por hacerlo desistir del proyecto, lo cual implica, que el poder presidencial no dio para someterlo, entonces, insistimos ¿por qué no delatar el supuesto injerencismo en aquel momento o, mínimo, al concluir el calderonato?
La muerte de esos niños es una herida abierta, la impunidad ha impedido que se sancione a los responsables, si el largo mutismo de Zaldívar ha contribuido a esta injusticia, mal hizo en hablar a destiempo. No obstante, si lo quiere remediar, lo correcto sería, si procede, que lo denunciara en las instancias correspondientes, no a los medios.
Don Arturo, no haga grilla de esta desgracia, no sea un memorioso de contentillo.