• El más puro fariseísmo mexicano
• Lo más grave: acusar sin pruebas
Si de algo no se le puede acusar al embajador Eduardo Tomás Medina Mora Icaza es de ser corrupto y represor como la mayoría de los miembros de la clase política.
El diplomático no es político, para empezar. No es miembro de ningún partido político. Es abogado que ha trabajado con profesionalismo en los encargos con los que se ha visto obligado a comprometerse.
Es de constar que Gualo, como le tratan sus amigos, antepone su respeto a la dignidad humana ante cualquier circunstancia en la que pudiera estar en entredicho. Es capaz, inclusive, de desobedecer cualquier instrucción, recomendación u orden de su superioridad si se trata de atentar contra el ser humano.
Por ello, me gustó que me enviara el alegato – su palabra y testimonio curricular – con el que desmiente al doctor Alejandro Madrazo Lajous, investigador del CIDE (Centro de Investigación y Docencia Económica), quien está haciendo hasta lo imposible para que el Senado no lo apruebe como ministro de la Suprema Corte.
Y es que hasta el momento, todos los interesados en destruir la fama de Medina Mora, ya sean miembros de la clase política o periodistas por encargo, no han presentado ninguna prueba que condene a la hoguera al embajador por represor, por violador de derechos humanos, por corrupto por lo que sus enemigos quieran e inventen.
Quiero ser plenamente honesto con quienes me leen: No dudo de la palabra de Medina Mora. Le conozco de cerca. Sí me parece insultante a la inteligencia la sofisticada, por mentirosa, argumentación del investigador académico.
El embajador me compartió la carta que este lunes pasado le envió a Madrazo Lajous, profesor del CIDE Aguascalientes, quien es organizador de la petición contra su nominación a la Suprema Corte, divulgada en Change.org.
Es absurdo que, como acusa el académico, Medina Mora haya sido el responsable de parte o toda la descomposición de las principales instituciones de seguridad y justicia, entre los años 2000 y 2008. Madrazo lo sitúa como el deus ex machina de la perversidad. Según él, con Medina Mora “la seguridad y la justicia sufrieron procesos de descomposición acelerados y notables”.
Ah, qué diabólico debería de ser el Gualo, según el juicio sumario del profesor Madrazo, que en su apellido lleva su habilidad para relacionarse con sus alteridades. El ex procurador viene siendo así el artífice de todos los infortunios que le han ocurrido a los mexicanos entre el sexenio de Felipe Calderón y lo que lleva Peña Nieto. Qué capacidad para el mal, le atribuye don Alejandro al Gualo.
¿Qué Medina Mora desmanteló al CICEN? De eso lo acusa Madrazo, cuando a su paso por esa instancia investigadora, ésta fue reestructurada, reformada y transparentada. El abogado se defiende: “fui responsable de replantear el marco organizacional, normativo y constitucional del CISEN dentro de una estrategia integral de seguridad nacional”
El doctor Madrazo asegura que durante la gestión de Medina Mora en las instituciones de seguridad se cometieron graves violaciones a derechos humanos, incluyendo la averiguación previa contra Alberta Alcántara Juan, Teresa González Cancino y Jacinta Francisco Marcial, encarceladas por más de tres años, acusadas de secuestrar a seis agentes de la entonces AFI, y que la irregular integración de la Averiguación Previa por la institución que encabezaba resultó en la recomendación 47/2009 por parte de la CNDH.
En verdad, los hechos imputados a las mujeres, los arrestos y las averiguaciones concernientes fueron integradas con anterioridad a la gestión de Medina Mora. Y las tres mujeres fueron consignadas antes de su llegada a la PGR.
En realidad, a la gestión de Medina Nora correspondió la reparación del proceso, que derivó, en el caso de Jacinta, en que la PGR presentara conclusiones no acusatorias. Este fue uno de los últimos actos del ex procurador. En cuanto a Teresa y Alberta, fueron liberadas por la Suprema Corte antes que su proceso fuera repuesto. La PGR no aceptó la recomendación de la CNDH pues ya estaba en curso la reparación del proceso y la presentación de conclusiones no acusatorias contra Jacinta.
Sólo unas breves muestras de una historia que ahora se pretende distorsionar…
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O sea que por ser su amigo, es un santo.