MOISÉS SÁNCHEZ LIMÓN
La praxis de funcionarios públicos y políticos de descalificar a los periodistas y a los periódicos no es nueva. Ni se descubre el agua tibia en esto de la poco ortodoxa relación prensa-poder. Quien crea que, salvo contadas excepciones, hay amistad entre periodistas y políticos, se equivoca rotundamente.
La relación es de intereses no de amistad. Lo que los periodistas opinan de los políticos es pública, por lo general cuando no se atraviesa el interés de los dueños de medios de comunicación que dejan en la orfandad al reportero que es miembro de la infantería que nutre cotidianamente a medios impresos y electrónicos.
Pero, lo que opinan los políticos de los periodistas, la retahíla de descalificaciones altisonantes, por lo general, suelen soltarla de lo más profundo de su delgada piel sensible a la crítica, en privado, lejos de los periodistas incómodos que, en ejercicio de la profesión, preguntan y preguntan, investigan y, por lo general no para adular al poder político.
Cuando Juan José Rodríguez Prats fue diputado federal por el PAN, nos llamó muertos de hambre a los reporteros de la fuente legislativa. Hay, por supuesto, más políticos que se expresan así o peor de los reporteros. Muertos de hambre, mentirosos, chayoteros, vividores y asaltantes de políticos, son calificativos que hemos aprendido a repeler porque no tenemos la piel delgada.
“A ver qué dicen hoy de nosotros los pinches periódicos”, solía decir uno de esos políticos del siglo pasado. O una alta funcionaria de la SEP en aquel sexenio de la Renovación Moral de la Sociedad, que de plano descalificó a los reporteros porque se les compraba con alcohol y dinero. Vísperas de una reunión internacional a celebrarse en Tijuana, Baja California, se opuso a que los reporteros fueran invitados.
Palabras más, palabras menos, la exquisita funcionaria de trapos de alta costura opinó: “Para que llevamos a los periodistas, sólo van a emborracharse y a pasear”. Lo decía en el ánimo de esos ahorros estúpidos de quienes creen que la prensa está a su servicio.
Por supuesto, los reporteros fueron a la reunión en Tijuana, aunque hubo evidencia de que la referida funcionaria influyó en obstaculizar el trabajo reporteril. Uno de los hermanos González Pérez salvó la tarea porque prestó su oficina como sala de prensa cuando la funcionaria logró que no se alquilara un espacio en el hotel donde se hospedaban los comunicadores.
Pieles delgadas, sensibles y con ausencia de sentido común respecto de la importancia de los medios de comunicación pero, en especial, de los periodistas, de los reporteros que nutren de información a periódicos, revistas, noticiarios en la televisión y la radio y, más reciente, a los de la Internet.
¿Ah!, por supuesto, en el medio periodístico estamos infiltrados por mercenarios, chantajistas, vendeplanas, amanuenses, dizque reporteros que chantajean a los políticos, a funcionarios públicos, que deambulan en las fuentes de información para venderse al mejor postor en calidad de chivatos, halcones y filibusteros que atentan contra quienes, profesionalmente, se ganan la vida en el ejercicio del oficio.
Gracias a esa subclase nos llaman muertos de hambre, pinches periodistas… Pero, igual no es novedad la autocensura, peor que la censura oficial. Por eso, salvo La Jornada y en la columnas “Redes de Poder” del diario Reporte Índigo y “Dicen” del periódico Capital, se publicó y comentó la opinión que, de los periódicos, tiene Rosario Robles Berlanga, secretaria de Desarrollo Agrario, Territorial y Urbano (Sedatu): “Los periódicos sirven para matar moscas y limpiar vidrios”.
Ya en otros tiempos algunos políticos consideraban, a los periódicos que los criticaban, como buenos para envolver carne para perros.
Pero, a partir de esta decisión priista de defender al Presidente de la República mediante una especie de Ley del Talión, doña Rosario Robles consideró que la mecánica servía para defender al –todavía—gobernador del estado de Chihuahua, César Horacio Duarte Jáquez, quien como pateando un bote declaró que tiene un patrimonio de cien millones de pesos.
En los periódicos de aquella entidad y los que se editan en la Ciudad de México, se ha cuestionado a Duarte Jáquez por esa galopante riqueza y la cínica negativa de que es dueño de un banco. Pero, bueno, el SAT lo investiga y el resultado determinará de qué tamaño han sido los trinquetes de don César.
El caso es que, en ése ánimo de abogada del diablo porque, además, ella fue víctima de lo periódicos que publicaron aquel affaire con el empresario argentino Carlos Ahumada, el miércoles pasado, en gira por el estado de Chihuahua descalificó a los periódicos. Retomo parte de la nota de RUBÉN VILLALPANDO, Corresponsal del periódico La Jornada:
“Ciudad Juárez, Chih. Los periódicos sirven para matar moscas y limpiar vidrios, expresó la titular de la Secretaría de Desarrollo Agrario, Territorial y Urbano (Sedatu), Rosario Robles Berlanga, al salir en defensa del gobernador de Chihuahua, César Duarte Jáquez, quien es acusado de enriquecimiento ilícito y que dejará la entidad con una deuda de 50 mil millones de pesos.
“Luego de encabezar un acto de entrega de viviendas a personas de escasos recursos en el municipio de Parral, la tarde del martes, Robles Berlanga felicitó al mandatario estatal priísta por las obras realizadas no sólo en esta zona, sino en los 67 municipios de la entidad.
“Recordó el accidente aéreo que sufrió Duarte Jáquez hace un año en compañía de su esposa Bertha Gómez y la periodista Lolita Ayala. “Me da mucho gusto verlos a los dos bien porque miren, lo he vivido, las tormentas van y vienen; los periódicos se hicieron para matar moscas y limpiar vidrios, pero la vida que Dios les dio en una segunda oportunidad no la compra uno con nada y ustedes están aquí vivos, fuertes, sanos y eso es lo importante.
“Es muy fácil destruir con la palabra, lo difícil es construir cuando además hay un ambiente internacional adverso, cuando el petróleo no vale lo de antes, construir a veces en estas condiciones es complicado y aquí están más de 500 viviendas que hemos edificado entre todos, lo cual quiere decir que unidos podemos hacer de México una casa más fuerte y grande, expresó la funcionaria (…)”.
Lo peor es que Robles Berlanga incurrió en el arrepentimiento que nada soluciona y, mediante, su cuenta de Twitter pretendió dar vuelta a la declaración que demuestra la opinión que le merecen los medios de comunicación y, por ende, los reporteros que los nutren con información.
“Ayer dije una desafortunada frase sobre los periódicos. Sé de su importancia y honestamente me disculpo por ello”, twitteó. ¿De veras honestamente? ¡Ay!, los pinches periodistas que somos. Gracias Rosario. ¿Recuerdas cuando quisiste cerrar a La Crónica de hoy? Digo.
VIERNES. El lunes le platico acerca de la CNTE y la Reforma Educativa que es pretexto para crear estados con gobiernos insurgentes. Conste.
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