Claudia Rodríguez
La mañana de ayer fui cuestionada por un casi adolescente de doce años de edad.
–¿Qué hicieron ustedes los adultos para que no nos quieran a los mexicanos en otros países?
El cuestionamiento me tomó por sorpresa, pero también la pena me atrapó porque mi interlocutor se veía triste, apesadumbrado, casi como apaleado.
Argumentar una respuesta a un cuestionamiento tan cargado de responsabilidad no es fácil, porque como adultos, sí hemos fallado y mucho queremos en exigencias de nuestros niños y jóvenes.
Mi interlocutor sumaba la prohibición del Gobierno cubano para no permitir a Felipe Calderón –a quien identificó como ex presidente de México–, a la expulsión de connacionales desde los Estados Unidos.
Traté de diferenciar el porqué de no ser bien recibidos en uno u otro caso, pero al final, entendía su punto y reclamo. Hemos fallado; no sólo el Gobierno, sino también como sociedad hemos hecho mal, pero muy mal la tarea.
La gran mayoría de los mexicanos hemos permitido por décadas nos den migajas y las aceptamos como si fuera un designio divino, e incluso tratamos de buscar otras opciones fuera del país, porque hemos comprado como sello inamovible nacional que no hay forma de cambiar el latrocinio y la corrupción de los poderosos en México.
La visión general de lo que es México hacia el mundo, no nos engañemos, es la misma que tiene el odiado por muchos Donald Trump y ante la que los mexicanos sólo reaccionamos con discursos y arengas de unidad nacional, pero poca, muy poca acción positiva.
Hoy en día no sólo Hollywood, sino hasta telenovelas, series y películas de producción nacional y que se venden a muchos países en el mundo, nos pintan como una sociedad que gira en torno al narcotráfico y lo peor, es que son reflejo de la realidad mexicana.
Estamos entregando muy malas cuentas y ante eso impera el cambio inmediato, o las generaciones futuras están condenadas a escuchar el mismo reclamo de sus descendientes con el mismo peligro de poner en riesgo más que la autoridad familiar o de sus gobernantes.
Acta Divina… “Quienes tenemos familia sabemos que el mayor patrimonio, es el buen nombre que les heredamos a los nuestros”: Enrique Ochoa Reza, presidente del Partido Revolucionario Institucional (PRI).
Para advertir… SPD Noticias señala en una de sus investigaciones periodísticas que a México se le reconoce en el extranjero con las siguientes palabras y frases: tequila, tabaco, ron, tacos, burritos, inmigrantes ilegales, trabajadores, machistas, nacionalistas, conservadores, virgen de Guadalupe, rancheras, piñata, quinceañeras, las mismas novelas de siempre, influencia norteamericana en su cultura, narcotráfico, Cancún, Acapulco, Puerto Vallarta, contaminación en el DF, indígenas, corrupción, comida picante, frijoles saltarines, speedy González, arrogantes con sus hermanos centroamericanos, cariñosos con los gringos, fresas, nacos, castellano mal hablado, una de las siete maravillas del mundo moderno, Cozumel, Puebla, mestizos, Pancho villa, el PRI, astrología Maya, identidad.
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