Claudia Rodríguez
Escuchar y ver el martes de esta semana en el Senado a Luis Videgaray Caso, ahora canciller mexicano; tibio, apagado y hasta en cierto modo nervioso, advirtiéndonos que no se debe confundir la diplomacia con la falta de firmeza de México ante el nuevo Gobierno de Trump, suena contrastante hasta en el discurso, cuando al mismo tiempo el titular de Economía, Ildefonso Guajardo –quien también ha estado al frente de la las supuestas negociaciones con el equipo de Trump–, señala que en las negociaciones del Tratado de Libre Comercio (TLC) con los Estados Unidos, si ese gobierno impone aranceles a los producto mexicanos, él, Guardo, se levantará de la mesa.
Por más que el señor Videgaray y el mismo presidente de la República, Enrique Peña Nieto nos quieran convencer de que saben lo que hacen y a qué se enfrentan; en los hechos se advierte a todas luces, que México no ha logrado pactar ni un ápice en la nueva relación bilateral con la Administración Trump, que además del discurso, sí cumple con lo que promete.
El patio trasero de los Estados Unidos, nunca pensó que lo fueran a separar de su territorio de forma tan tajante, e incluso, correr a todos a quienes sin permiso, lograron llegar al frente de la casa de nuestros vecinos.
Desde México siempre se imaginó una relación indisoluble, por más extremas que fueran las condiciones de vida, de productividad y desarrollo entre ambas naciones.
El muro que ya existe, se revalora y se refuerza entre México y Estados Unidos; nos pondrá en una situación aún más tensa y peligrosa no sólo frente a Trump, sino frente a la nación en el mundo de mayor hegemonía militar, que por cierto podría reforzar más, si el Congreso aumenta el presupuesto para este renglón como lo solicitó el mandatario estadounidense.
Contra todo lo que se declare y se gesticule, sí se les ve apanicados y confundidos a los funcionarios mexicanos y al mismo jefe del Ejecutivo frente a Trump, sobre todo porque ha logrado cumplir en muy poco tiempo, varios de sus compromisos de campaña y ya como mandatario de su nación.
Luego de ver y oír a Videgaray en el Senado de la República, puede uno quedar convencido de que cada mexicano va por cuenta propia frente a Estados Unidos.
Acta Divina… No se confundan las buenas formas de la diplomacia con falta de firmeza: Videgaray.
Para advertir… ¿Si Videgaray es un aprendiz como el mismo testificó, cómo puede ser buen diplomático?
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