* Cuando a la contaminación se le identificaba como “smog” y todavía no se tenían claros los orígenes y el tamaño del desastre, incluida la desaparición total y absoluta de especies animales y vegetales, la revista Lui publicó una portada en la que se anunciaba que el ser humano era genéticamente capaz de reconstruirse, para poder vivir en medio del caos atmosférico, sin necesidad de encarar la tragedia
Gregorio Ortega Molina
Cuando se constata lo que los seres humanos hemos causado el medio ambiente, el daño hecho a la tierra, para satisfacer afanes de riqueza, debemos meditar seriamente en el ensayo de Albert Camus, pues El mito de Sísifo adquiere la dimensión retórica del vacío discurso político; nos empeñamos en rodar la piedra hacia abajo, siempre cuesta abajo, incapaces de aspirar a la cima.
En mis lecturas de El País me entero que, debido a la desconfianza que un grupo de científicos de Estados Unidos tiene de Donald Trump, filtraron la parte sustancial de un informe sobre el cambio climático, actualizado cada cuatro años. Los redactores de ese informe trabajan en 13 agencias federales estadounidenses, y así procedieron ante el temor de que el presidente o su entorno pudieran alterar las conclusiones, o directamente eliminarlas.
La nota del periódico español indica: “Abunda la evidencia de cambios en el clima, desde la cima de la atmósfera hasta la profundidad de los océanos”, señala el informe. “Miles de estudios elaborados por decenas de miles de científicos alrededor del mundo documentan cambios en la temperatura de superficies, atmósfera y océanos; el deshielo de glaciares, la desaparición de la cobertura de nieve, la reducción del hielo en los mares y el incremento del vapor de agua atmosférico.
Muchas pruebas demuestran que las actividades humanas, especialmente emisiones de gases invernaderos, son principalmente responsables de los cambios climáticos recientemente observados”.
Cuenta la información que la Academia Nacional de Ciencias de EEUU aprobó el borrador del documento, aunque falta la autorización del Gobierno Trump para difundirlo.
Dicho Informe contradice la opinión del presidente, del jefe de la agencia medioambiental y de la mayoría del Partido Republicano, que niegan el impacto ambiental del aumento de las temperaturas.
El cambio climático se ha convertido en un asunto enormemente partidista en EEUU. Las donaciones de industrias contaminantes favorecen el rechazo de los círculos conservadores al consenso de los expertos sobre la influencia de los combustibles fósiles en las emisiones de dióxido de carbono.
Hace muchos años, cuando a la contaminación se le identificaba como “smog”, y todavía no se tenían claros los orígenes y el tamaño del desastre, incluida la desaparición total y absoluta de especies animales y vegetales, la revista Lui publicó una portada en la que se anunciaba que el ser humano era genéticamente capaz de reconstruirse, para poder vivir en medio del caos atmosférico, sin necesidad de encarar la tragedia.
Creo que nada supera en previsión lo que realmente ocurre con la destrucción de nuestra casa. Corremos al suicidio colectivo.
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