· Velan armas las petroleras de los USA
· “Cooperación tecnológica”, el camuflaje
Es un hecho que Petróleos Mexicanos – arquetipo del nacionalismo revolucionario – dejará de ser La Empresa de México y se convertirá en un campo de cosecha de empresas particularmente estadounidenses por obra y gracia de la “modernización” ordenada por las tendencias neoliberales de las que no escapa ni la Cuba socialista.
Gobierno y petroleras del país meridional esperan ansiosos que México abra de par en par las puertas a capitales extranjeros en la exploración, explotación y comercialización del petróleo y el gas natural así como a la refinación de gasolinas y la petroquímica.
Los estadounidenses están esperanzados en que el presidente Enrique Peña Nieto presente al Congreso, antes de que concluya el primer trimestre, su propuesta de reforma energética, a fin de obtener abultados beneficios con la apertura, una esperanza camuflada de “cooperación tecnológica y técnica.”
Peña Nieto no ha concretado la fecha para iniciar la reforma, pero el Woodrow Wilson Center, institución de fondos privados con sede en Washington, DC, acaba de difundir un estudio sobre el potencial de la “cooperación” energética entre Estados Unidos y México (Growing Potential for U.S.-Mexico Energy Cooperation), en el cual revela que “se espera (en Estados Unidos) que Peña Nieto presente la iniciativa a principios de 2013.”
Wilson Center asegura que la política del gobierno mexicano se abrirá también a la inversión privada en el sector de hidrocarburos no convencionales. “Para México, las jugadas más interesantes se encuentran en las aguas profundas del Golfo; en las reservas aún no explotadas de petróleo esquisto bituminoso, en todo el Este del país, y en los campos geológicamente complejos de Chicontepec, donde Pemex no ha podido cumplir con sus metas de producción en los últimos 4 años.
De especial interés para las hermanas petroleras allende el Bravo es “compartir” con México su experiencia en el negocio del fracturamiento hidráulico. La capacidad de extracción de petróleo y gas de esquisto en áreas que sufren de escasez de agua (como Texas) será crucial para el desarrollo de recursos de esquisto en México, particularmente en el norte del país.
De hecho, de acuerdo con Wilson Center, el conocimiento existente de las características geológicas de la formación Eagle Ford será crucial en la explotación de las reservas de petróleo y gas en Coahuila. La empresa mexicana, Alfa, ya ha trabajado extensamente con socios estadounidenses en yacimientos de esquisto en la frontera.
Otro déficit que representa ventajas a las petroleras estadounidenses está en el sector de las refinerías, que el presidente Calderón no pudo concretar. La dependencia de México de la gasolina importada ha aumentado en consonancia con la creciente demanda, por lo que México tiene que encontrar una solución a este problema, y una opción es el ejemplo del complejo de refinería Deer Park, en Texas, donde desde 1993 Pemex y Shell han trabajado juntas para refinar 340,000 barriles diarios de crudo, que son una importante fuente de ingresos para la petrolera mexicana, así como para ayudar a satisfacer la demanda mexicana de refinados.
La petroquímica, por último, está en la necesidad urgente de inversiones. Esta industria ha languidecido debido a la falta de fondos y la falta de dirección del gobierno. A pesar de señales alentadoras de interés de nuevas inversiones en los últimos meses, el gran proyecto petroquímico mexicano de los últimos años, Etileno XXI, ha sufrido repetidos retrasos. Cuando se haya completado en el año 2015, pronostica Wilson Center, el proyecto será un complejo privado que producirá hasta un millón de toneladas de polietileno, lo que permitirá ahorrar hasta US $ 2 mil millones por importaciones y “generará miles de puestos de trabajo.”