Emilio Trinidad Zaldivar
Enrique Peña Nieto tardará más en llegar a Toluca que en salir del país, luego de que el uno de diciembre próximo, entregue la banda presidencial a Andrés Manuel López Obrador, quien asumirá el poder que ya ejerce desde septiembre pasado con acompañamiento de la aplastante mayoría de Morena en las Cámaras de Diputados y Senadores, lo que le permitirá hacer cuanto quiera y proponga -como ya se vio-, y si lo hace bien, podrá aspirar a cerrar su gestión en 2024 con el apoyo de su partido y los satélites que hoy lo ensalzan desde el Poder Legislativo.
Peña Nieto se va desacreditado, aborrecido, repudiado por una sociedad que no toleró más corrupción, abusos, torpezas, engaños, arrogancia e insensatez de él y de sus voraces colaboradores.
Le importó un comino lo que le obligaba la Constitución y le exigía la conciencia nacional, de hacer verdadera justicia con saqueadores del erario público; protegió a cínicos y descarados desfalcadores como Emilio Lozoya Austin, Gerardo Ruiz Esparza y Rosario Robles, por citar sólo a algunos, que se despacharon con la cuchara grande y no tuvieron ni llenadera ni castigo.
Al contrario, Ruiz Esparza se quedó a cerrar los últimos negocios del clan Atlacomulco, y a Rosario Robles hasta le dedicó sendas palabras de reconocimiento para decir que era “una gran colaboradora, mujer de gran entereza, de valor y de coraje, que ha cumplido con la responsabilidad que siempre se le encomendó”. Así ni como ayudarle al presidente por el que votaron algo así como 20 millones de ciudadanos.
Se va de Los Pinos aborrecido por las mayorías, dejando a un país en la peor de sus crisis de credibilidad en el quehacer político, de inseguridad, de más pobres para sumarse a la cruda y dolorosa estadística de miseria extrema; de devaluaciones del peso, de incrementos en los precios de los combustibles, de la luz, del gas y de la disminución catastrófica en la producción y precio del petróleo; y mientras tanto, a los ricos los hizo más ricos, entre esos él y el club de los selectos mexiquenses.
Enrique Peña Nieto no podrá caminar las calles ni de su entidad, porque ni allá lo quieren. Habrá de irse, y pronto, a aquel rancho de España que dicen le ofrecieron, o a alguna de las múltiples propiedades que muchos afirman, él y su esposa se hicieron en la unión americana.
Se va el ya casi ex presidente, pero nos deja en el Congreso de la Unión a quienes trabajando con él, no pudieron sacar al país adelante, aún y cuando asegura jocoso logró inversiones extranjeras mayores a los 200 mil millones de dólares y más de cuatro millones de empleos directos en todo el país. Ambos temas lamentablemente, no se ven, no se sienten ni se reflejan en mejoras ciudadanas.
Estos ex colaboradores, que representan el fracaso de la peor política que hayamos visto, hoy son parte de esa comalada de millonarios, que aprovechándose de sus cargos, incrementaron sus cuentas bancarias y bienes patrimoniales: Luis Miranda Nava, Eruviel Ávila, Miguel Ángel Osorio Chong, Claudia Ruiz Massieu, Enrique Ochoa Reza, Ana Lilia Herrera Anzaldo, Ernesto Nemer y Ricardo Aguilar, por citar a algunos, que dicho sea de paso, llegaron al Poder Legislativo por la vía plurinominal, porque de hacerlo buscando el
voto, jamás habrían logrado acceder a cargos de representación popular. Y muchos se preguntan ¿Qué le aportaron estos grises personajes de beneficio a sus estados o a la República?
Que pena, Enrique Peña Nieto está tan devaluado, que hasta el más temido y sanguinario narcotraficante que haya tenido México puede señalarlo con tremendo éxito, según se aprecia en la percepción ciudadana de las redes sociales, de ser junto con Felipe Calderón, los más grandes sobornadores de la nación. Que grave, muy grave.
Creerle más a Joaquín “el chapo” Guzmán Loera tan duros señalamientos que a quienes ocuparon el más alto cargo público del país, es cosa delicada. Se sabe que empresarios, candidatos a alcaldes, a gobernadores y mandos militares y policiacos, han estado vinculados al narco por el financiamiento a sus proyectos personales y políticos, pero ya imputar a los dos últimos presidentes en ese jugoso pero sangriento negocio es cosa seria.
Hoy Peña Nieto pasa a la historia como uno de los peores presidentes de México. Su nombre acompañará a los de Santa Ana, Victoriano Huerta y Díaz Ordaz, entre muchos otros que dejaron al país en peores condiciones de como lo recibieron. Qué vergüenza!
Ni con la ayuda de AMLO Del Mazo mejora
Hoy el gris gobernador mexiquense, que gracias a quien puede llamar “San Andres”, dice estar feliz porque en su entidad, sea como
sea se hará el nuevo aeropuerto de la Ciudad de México, sigue sufriendo las consecuencias de su torpeza e impericia política, que no aprendió de su padre, y los problemas de inseguridad, secuestros, extorsiones y feminicidios, son el pan de cada día, que aunado a una falta de verdadera planeación para el desarrollo sustentable de la entidad, en la que la carencia de servicios públicos son cada vez más evidentes, lo tienen en la angustia permanente.
Alfredo Del Mazo III debe aprovechar los millonarios recursos que su estado recibirá de la federación, para hacer que el Estado de México salga de su crisis generalizada. Sabe que con un Congreso local de oposición para él y con una súper funcionaria como lo será la profesora Delfina Gómez, que le dice usurpador, sus siguientes años pueden ser de horror y pesadilla.
Apuntes finales…
Otro mexiquense recién balconeado fue el ex gobernador César Camacho Quiroz, a quien le “descubrieron” ser dueño de un enorme viñedo en Baja California, para el que por ser parte de los privilegiados del actual sexenio, la Secretaría de Agricultura le otorgó un crédito millonario, que no han podido obtener verdaderos hombres del campo. Lo que es ser influyente…Mal se vieron los diputados federales de Morena cantándole las mañanitas en el Salón de Plenos al presidente electo López Obrador. Dejaron claro que ellos no son ni
serán parte de otro poder sino empleados del jefe del Ejecutivo…Sigue dando de qué hablar el tema del encarcelamiento del ex gobernador de Sonora Guillermo Padrés, y para el Poder
Judicial se puede complicar. Dicen que a la jueza que lleva el caso, Guillermina Matías Garduño, la pueden castigar por no “obedecer instrucciones superiores” para otorgar su liberación. Hay voces que afirman Antonio Lozano Gracia tiene controlado el juzgado donde se lleva el caso del panista acusado de lavado de dinero. Habrá que ver que dice el Ministro Presidente de la Suprema Corte Luis Maria Aguilar Morales al respecto…La senadora del Partido Acción Nacional por Baja California, Gina Andrea Cruz, comenzará dura
tarea al frente de la Comisión de Relaciones Exteriores para América del Norte. Con experiencia como diputada federal, local y Cónsul de nuestro país en Caléxico, California, la nacida en Mexicali tendrá que trabajar horas extras por la difícil relación que seguiremos teniendo con el presidente Donald Trump…Se avizora una relación fría, distante y ríspida entre el Presidente López Obrador y la esposa del tras bambalinas otra vez gobernador Rafael Moreno Valle.
——-000——-
emiliotrinidad61@hotmail.com
emiliotrinidad6131@gmail.com
Twitter: @emtrizal61