• Da la Segob la relación de desaparecidos
• El compromiso: buscarlos a como dé lugar
Como una trama policiaca de la televisión gringa, en la que los policías realizan actos heroicos y resuelven los casos más difíciles, los sabuesos del nuevo gobierno se aprestan a una misión imposible: buscar a los miles de desaparecidos en el sexenio calderonista Y encontrarlos vivos o muertos.
Su ventaja es que ya tienen un punto de arranque. La base de datos que el Centro Nacional de Planeación, Análisis e Información para el Combate a la Delincuencia (Cenapi) elaboró en el sexenio de la muerte. Y que curiosamente andaba perdida:
Entre el 1 de diciembre de 2006 y el 30 de noviembre de 2012, se registraron en México 26 mil 121 casos de personas “no localizadas” (esto ya es oficial, porque cuando el secretario Miguel Ángel Osorio Chong habló de 27 mil, aclaró que aún no era una cifra oficial). Y de ese universo, como lo dio a conocer ayer la subsecretaria de Asuntos Jurídicos y Derechos Humanos, Lía Limón García, 20 mil 915 están relacionados con averiguaciones previas, actas circunstanciadas y carpetas de investigación, y 5 mil 206 están pendientes de validación.
La cifra de 27 mil había venido danzando desde hace varios días, tanto que levantó ámpula en el ánimo del susodicho Calderón, por quien dio la cara el exsecretario ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública, Óscar Vega Marín: Son sólo 5,000….
Limón García, acompañada del subsecretario de normatividad de medios, Eduardo Sánchez Hernández, citó a periodistas para informar de la existencia de la base de datos del Cenapi.
Para quienes son malintencionados, que cuestionan a lo sonso, con el hígado, todo lo que hace o deja de hacer el gobierno, es importante aclarar que la tal base de datos no prejuzga las causas de las ausencias – pues pueden estar relacionadas con migración o conflictos familiares y no precisamente con la guerra del narco -. Las autoridades del nuevo gobierno han prometido que buscarán precisar si las personas reportadas como desaparecidas ya regresaron a casa, o fueron levantadas por cuerpos policiacos, o por sicarios de los cárteles de la droga y el crimen organizado, o asesinadas.
La base de datos dada a conocer por Lía está integrada a partir de información proporcionada por procuradurías locales. Ciertamente difiere en mucho de la que maneja la organización Províctima, la cual reporta sólo mil 708 desaparecidos. Pero la ventaja de la base del Cenapi está en que es la reconocida por la Conferencia Nacional de Procuración de Justicia. En cambio, la lista de Províctima está construida parcialmente con base en información de familiares de personas no localizadas. De cualquier manera, tanto la de Províctima, como la de la Comisión Nacional de Derechos Humanos, como la que surja de otras fuentes serán de utilidad para la elaboración de un registro definitivo de personas desaparecidas, como lo prometió la funcionaria.
La tarea de los policías del nuevo gobierno no es sólo identificar a quienes se encuentran ausentes, sino elaborar y poner en marcha protocolos de búsqueda. Por cierto, Sánchez Hernández informó que la relación de personas desaparecidas en lo que va de la administración actual será dada a conocer en unas cuantas semanas, cuando ya esté integrada. Veremos y diremos, como dice el colega Roberto Coello Trejo.
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