* ¿Por cuánto tiempo puede funcionar el esquema del palo y la zanahoria? ¿Es posible restablecer ese presidencialismo que crea monstruos como Bartlett y Salinas y Gamboa, o la globalización cerró los espacios? El futuro inmediato lo dirá
Gregorio Ortega Molina
AMLO ha demostrado una gran habilidad para mezclar el agua y el aceite, para encontrar la cuadratura al círculo. El poder le funciona… bajo amenaza.
¿Qué pensó el hoy presidente constitucional de los mexicanos, qué sintió en la piel y en la razón, cuando en 1988 Manuel Bartlett Díaz decidió silenciar el “sistema”? Alguna imagen se hizo del ex secretario de Gobernación, precisa. Tan lo conoció por esa decisión, que en cuanto tuvo oportunidad de servirse de él, lo rescató, por obsecuente, porque a fin de cuentas acata instrucciones, sabe obedecer, si no que le pregunten a José Antonio Zorrilla.
El actual director de la CFE es el burócrata ideal para el cargo y lo que de él se espera: demostrar, contra viento y marea, que los nombrados por él y su patrón son culpables de atentar contra la seguridad económica de la institución, pero como exige Felipe Calderón: que exhiba las pruebas o cierre la boca, como lo hizo con el resultado electoral de 1988.
El esquema de la actitud persecutoria del gobierno es preciso: te pliegas o te pliegas, porque si necesito encontrarte, te encuentro, me bastan unas denuncias “mañaneras” para ridiculizarte y hacer que las acciones de tu empresa bajen, y si así no es suficiente, siempre puedo ordenar auditorías. Buscar bajo las piedras puede convertirse en una especialidad.
Decidido a no quedar como florero ni ser un presidente de la República de adorno, está dispuesto a restablecer las facultades metaconstitucionales inauguradas por Plutarco Elías Calles, para restaurar el poder que permitió que se tomaran decisiones como la que asumió Manuel Bartlett en 1988: silenciar el sistema y ensuciar la elección.
De tal manera procede que ha convertido la tribuna elevada en el escenario de la Tesorería de la Federación, en esa zarza ardiente desde la cual emana la instrucción del día, la agenda política que determina la vida cada 24 horas, y es la construcción de un futuro que se muestra incierto.
Después de la amenaza implícita en los señalamientos, exhibe la munificencia del perdón, como ocurre con los líderes de la CNTE, los ex funcionarios de Pemex, el líder del STPRM… a todos los puede deparar un bienestar como el que encontraron Napito y Elba. Todo se reduce a estar con él.
¿Por cuánto tiempo puede funcionar el esquema del palo y la zanahoria? ¿Es posible restablecer ese presidencialismo que crea monstruos como Bartlett y Salinas y Gamboa, o la globalización cerró los espacios? El futuro inmediato lo dirá.
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@OrtegaGregorio