Redacción MX Político.- El excandidato presidencial Cuauhtémoc Cárdenas Solórzano señaló que durante varias décadas ya se probó que el combate directo a la inseguridad y la violencia que genera el crimen organizado, mediante cuerpos militarizados, resulta incapaz e insuficiente, pero estimó que esta vía no puede abandonarse.
El también fundador del Partido de la Revolución Democrática (PRD) consideró que para vencer los flagelos de la inseguridad y la violencia, el Estado “tiene que ir recuperando el control del territorio nacional, y no se trata en este caso de una figura retórica, sino de que el Estado efectivamente se haga del territorio que hoy tiene perdido: calles, colonias, poblaciones —desde pequeños poblados hasta las grandes metrópolis—, campos, bosques, selvas, praderas y montañas”, reportó desde Colima apro.
A juicio de Cárdenas Solórzano, en cada porción del territorio nacional “debiera haber presencias, en plural, del Estado, que desplacen a los elementos nocivos: trabajo formal, escuelas, clínicas, grandes hospitales, actividades agroindustriales y forestales, artesanía, industria, actividades artísticas y culturales, policía de cercanía; sólo estas presencias, sin duda bien recibidas por la ciudadanía, podrán recuperar los territorios perdidos ante la delincuencia, la inseguridad y la violencia”.
En su conferencia magistral “México, el día de hoy”, ofrecida este lunes en el Archivo Histórico de la Universidad de Colima, el exgobernador de Michoacán se refirió también al “quebrantamiento del estado de derecho protegido por la impunidad brindada por el Estado en el periodo del neoliberalismo” y puso como ejemplo las matanzas de Aguas Blancas, Acteal, Tlatlaya, los 43 de Ayotzinapa, El Charco, El Bosque, Tanhuato, Apatzingán, etcétera”.
Además, en ese periodo “debe señalarse el crecimiento de la delincuencia organizada, su expansión territorial y la incapacidad del Estado para recuperar el control del territorio y abatir este tipo de delincuencia”.
Expuso que en otra categoría no debe ser ignorada la “fuerte corrupción” en las esferas públicas y privadas en las administraciones anteriores, como se ha visto en los casos del Pemexgate, Oceanografía, OHL, Higa, etcétera, esto es, “delitos cometidos desde lo alto del Estado con alto costo en vidas o agravios sociales y de otro lado los grandes robos de dinero de los mexicanos”.
En su exposición, Cárdenas presentó además algunos planteamientos para un proyecto de nación que, desde su punto de vista, debiera formularse a partir de un amplio debate en el que se dé una intensa participación ciudadana, que de manera democrática recoja las propuestas de la población en todo el territorio nacional y en función de ello se lleven a la práctica los planes de trabajo.
“Las universidades tendrían que mucho que hacer y decir en torno a un nuevo proyecto de nación que tendríamos que construir de aquí en adelante”, refirió.
Entre sus principales propuestas, el político estimó que debiera cobrar prioridad la revisión y reversión —con sentido de rescate de soberanía y eliminación de prácticas antidemocráticas— de las reformas estructurales, sobre todo la energética, en cuyo caso se tendría que considerar la revisión de las reformas a los artículos 25, 27 y 28 de la Constitución.
Dijo que esta reforma, aprobada en diciembre de 2013, fue la de mayores consecuencias sobre el presente y el futuro, pues a partir de su implementación “se ha perdido el control de los recursos del subsuelo por parte del Estado, se ha debilitado el ejercicio de la soberanía nacional y constituye un paso más en el desmantelamiento y debilitamiento de la industria petrolera estatal y de Petróleos Mexicanos en particular”.
Enfatizó que la industria petrolera debe recuperar su función de conductora del crecimiento económico y la industrialización, pues recursos naturales, hasta donde se sabe, existen con suficiencia, pero se requiere un manejo en función del interés nacional con racionalidad del presente y el futuro.
De acuerdo con Cuauhtémoc Cárdenas, se requiere garantizar mediante la exploración la existencia de reservas petroleras suficientes que respalden la explotación en el largo plazo, el desarrollo de las cadenas de la petroquímica, la erradicación de la inseguridad en el abasto de combustibles a partir de elevar la producción nacional de refinados, así como el apoyo a la investigación y al desarrollo tecnológico.
jvg