La insoslayable brevedad
Javier Roldán Dávila
Los problemas estructurales del subdesarrollo pervierten a las ‘buenas conciencias’
Al menos desde el pasado diez de mayo, en el estado de Veracruz, se aplicaron medidas para restringir la movilidad los fines de semana, donde hay mayor presencia del COVID19.
Las restricciones han consistido en cerrar a la circulación las calles de los centros municipales, aplicar la ley seca, instalar filtros sanitarios y limitar el servicio de restaurantes a preparar comida ‘para llevar’ o ‘entrega a domicilio’.
Desde luego, tales ordenanzas han provocado mayor irritación de proveedores de servicios y ciudadanos en general, lo que llevó al gobierno estatal, a implementar la ‘Semana de la Conciencia Social’, que suspende lo arriba expuesto y deja a la consideración de la sociedad, cumplir con las reglas de la sana distancia.
Al respecto, el secretario de Salud, Roberto Ramos Alor, señaló que el experimento (del jueves 11 de junio al jueves 18), será evaluado el viernes 19 y que, de no aplicarse las recomendaciones indicadas, se volverá al modelo de restricción.
El planteamiento podría ser interesante, el asunto radica en que para que tal conciencia funcione con sincronía y tenga éxito, se debe partir de un supuesto de equidad social, pero dadas las ancestrales y graves desigualdades que padecemos, todo indica que la propuesta no será útil, porque en tales casos, la conciencia se incuba en el bolsillo. Sorry, c’est la vie.