Dicen por ahí que las comparaciones no son buenas, y en mi caso particular creo que poner todo y siempre en un cartabón no aplica, pero igual invita a la reflexión de lo que “te choca, te checa”.
En distintas naciones, un evento que trastoque la imparcialidad y honestidad en el manejo de recursos –económicos, materiales y humanos–, de las dependencias gubernamentales por mínimo que sea, es suficiente para que el más alto funcionario del organismo en cuestión, presente su renuncia.
Pero en México, las cosas son distintas. Y no nos equivoquemos. No es un mal de políticos o funcionarios, es más bien una cuestión de valores en donde impera el ego y el “ahí se va”.
El caso de la hija del maestro Humberto Benítez Treviño, hasta el miércoles por la tarde titular de la Procuraduría Federal del Consumidor (Profeco), nos refiere a muchos puntos.
Hay quienes dicen que la destitución de Benítez Treviño de la Profeco por mandato del mismo presidente Enrique Peña Nieto, habla como en otros casos, de que nadie es intocable y tampoco indispensable. Sin embargo, creo que la reflexión debe ir más allá y llegar hasta los oídos de muchos quienes creen que no tienen responsabilidad en el actuar de los hijos, aún cuando estos sean ya mayores de edad.
Cuando el maestro Benítez Treviño declaró que por su cabeza nunca pasó el renunciar por el abuso e injerencia descomunal de su hija en asuntos de sus responsabilidades como funcionario federal, a muchos nos puso a pensar sobre su imparcialidad.
¿En qué mundo ha vivido la señorita Benítez que cree que por ser hija de su papá tiene los mismos derechos, aunque no las mismas responsabilidades?
Es el gran error de muchos de nosotros. Olvidar que nuestros descendientes para bien o para mal son una extensión de nosotros mismos cuando han formado parte contundente del ámbito familiar en sus primeros años de vida.
Cualquiera de nosotros puede equivocarse en esas lides, lo que es inapropiado es no aceptar responsabilidades y actuar en consecuencia cuando los recursos con los que se abusan no son propios, sino de la Federación.
Como siempre, en la política y en la vida, el hilo siempre se rompe “por lo más delgado.
Acta Divina… Hace unos días, la Secretaría de la Función Pública (SFP) absolvió a Humberto Benítez Treviño, entonces titular de la Profeco por el caso de la clausura del restaurante Maximo Bistrot de la colonia Roma de la Ciudad de México, el cual fue cerrado por instrucciones de Andrea Benítez –hija de Benítez Treviño– sin ninguna autoridad para ello. Una vez esclarecidos los hechos, Benitez Treviño advirtió que nunca pasó por su cabeza renunciar (por el actuar de su hija).
Para advertir… ¿Alerta Amber puesta en marcha al noveno día que desapareció una pequeña de apenas siete años?
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— no entiendo xq ntros inclitos no educan a sus hijos para ser principes, princesas, al estilo europeo. finalmente son heredero$$$$ de fortuna$$$ bien o mal habidas. por el contrario los educan cual nacos venidos a mas (q los son) pero ‘mbre pulanse un poco y de pasadita cuidan sus espaldas. lo de principes me vino a la mente, xq a S.M. Rey de Espanya le negaron mesa en un restoran de Mallorca, llego sin reseva y no habia mesa. S.M.se fue a cenar a otro restoran. cuestion de educacion.