* Nunca, ni con Salinas de Gortari, se cedió tanta soberanía como ahora. Los presidentes deben administrar, no interpretar símbolos ni intentar modificarlos. Felipe Calderón Hinojosa dio al traste con su imagen cuando apareció en público vistiendo una casaca militar que lo transformó en el comandante Borolas. Así es su símbolo, pero además disminuyó el prestigio del uniforme militar. ¿Quién le diría que se veía bien?
Gregorio Ortega Molina
Es hasta ahora que me doy cuenta de que el presidente de la República ha tomado algunas decisiones en estado de confusión. Hacerlo lesionó a la institución presidencial, al disminuirla -todavía más, como si estuviera en competencia- como lo hizo su némesis, el innombrable Carlos Salinas de Gortari.
Sostienen, sus valedores, que AMLO maneja muy bien los símbolos del poder, pero no es así. Es imposible evitar la relación entre el carruaje que trasladó a Benito Juárez por toda la república, y un avión presidencial que quisieron convertir en imagen de la corrupción y el exceso, cuando en realidad lo transformaron en motivo de claudicación y lesión a la soberanía nacional.
Durante poco más de un año, el avión presidencial permaneció en suelo estadounidense, como si desearan conjurar un suceso bochornoso, cuando lo único que ocurrió fue una cesión de soberanía, pues allá fue olvidado a pesar de todavía tener en su cédula la bandera nacional y el escudo que lo identifica con las Fuerzas Armadas y la titularidad del Ejecutivo. Y así, con esos símbolos que se consideran emblema del pundonor de la patria se rifó, no se entregó, y está a la venta. Nada que devalúe más a la Presidencia de la República como institución. Me recuerda esa terrible frase de José López Portillo: presidente que devalúa, se devalúa.
¿Qué pensar de lo ocurrido a la residencia oficial de Los Pinos? ¡Vamos, otro equívoco! Por donde quieran verlo, Palacio Nacional fue y es, históricamente, la sede del poder virreinal, el asiento de la Colonia, la sujeción al poder de ultramar. Lázaro Cárdenas convirtió su casa, la casa del pueblo, en la sede de la República, y el general no fue ningún fifí ni miembro de la mafia del poder. Hoy vivir en Palacio significa el anhelo de lo que no existe y la sujeción a lo que Black Rock desea y propone. Resulta que AMLO es totalmente Palacio, para dar gusto a Alberto Bailleres.
Veo ya los anuncios de venta de vehículos absolutamente eléctricos. Por lo pronto nada más de marca Mercedes Benz y BMW, pero pronto, en menos tiempo de lo que Dos Bocas podría rendir el fruto de su inversión, el consumo de las gasolinas descenderá tanto como crece la necesidad de preservar la naturaleza e impulsar las energías limpias. Ningún mejor vínculo con el pasado que las refinerías. Ahí está el símbolo. No el sofisma de las energías limpias.
¿Y qué me dicen del aeropuerto de Texcoco? Convengamos en que estaba inundado de corrupción, lo que podía corregirse. No era un templo a la mala administración pública ni al pésimo diseño arquitectónico, sino un símbolo de soberanía y equilibrio ante lo que significan los aeropuertos de Panamá y Atlanta.
Nunca, ni con Salinas de Gortari, se cedió tanta soberanía como ahora. Los presidentes deben administrar, no interpretar símbolos ni intentar modificarlos. Felipe Calderón Hinojosa dio al traste con su imagen, cuando apareció en público vistiendo una casaca militar que lo transformó en el comandante Borolas. Así es su símbolo, pero además disminuyó el prestigio del uniforme militar. ¿Quién le diría que se veía bien?
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El INEGI informa: “El Indicador Global de la Actividad Económica (IGAE) mostró un aumento de 1.1% en términos reales en el octavo mes del presente año respecto al mes previo, con cifras desestacionalizadas.
Por grandes grupos de actividades, las Secundarias se incrementaron 3.3% y las Terciarias ascendieron 0.4%, en tanto que las Primarias disminuyeron (-)5.9% durante agosto de 2020 frente al mes precedente.
En términos anuales, el IGAE registró una reducción real de (-)8.5% en el mes de referencia. Por grandes grupos de actividades, las Terciarias cayeron (-)9.3% y las Secundarias retrocedieron (-)8.4%, mientras que las Primarias crecieron 5.9% con relación a igual mes de 2019”.
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