La insoslayable brevedad
Javier Roldán Dávila
1ª enmienda meta constitucional: el Tío Sam siempre aplica la ley en favor de sus intereses
El retorno de Salvador Cienfuegos, ante el desistimiento de los cargos en los Estados Unidos, para que sea indagado y, en su caso, imputado conforme a las leyes mexicanas, es una decisión inusual, tanto como la detención de un ex secretario de la Defensa.
La lógica indica, que fue el gobierno de México el que interfirió en favor del militar, debido a las presiones de las Fuerzas Armadas, que hicieron patente su gran molestia por el hecho.
Sin embargo, nos atrevemos a lanzar la hipótesis, de que la cúpula militar estadounidense, podría haber intervenido en auxilio de su par. Veamos.
Versiones periodísticas veraces, atribuyen a una disputa inter agencias (CIA y DEA, concretamente), la detención del general, lo enfocan como el triunfo de los intereses estratégicos de una dependencia sobre la otra. En este caso, el punto fue para la DEA.
No obstante, los militares tienen una visión geopolítica integral y en este contexto, entienden que la fractura del Ejército Mexicano, sería un factor de amenaza para la seguridad doméstica de su país, además, conocedores de la idiosincrasia de los hombres de verde olivo, comprenden que la detención fue una afrenta a la dignidad de sus colegas.
La especie cobra fuerza por dos elementos adicionales: la 4T no tendría mucho que ofrecer, a cambio, a una administración que concluye su gestión en un par de meses y, la segunda, el costo político, si es que lo hay, será endosado al derrotado Trump.
En cualquier sentido que se hayan dado las cosas, no cabe duda que, para Cienfuegos y sus compañeros de armas, es una gran noticia, un desagravio más que inesperado.