FRANCISCO RODRÍGUEZ
Una de las representaciones más ñoñas de las que se tenga memoria en ese desaguisado de montajes chuscos de la Cuarta Decepción, el del inicio de la Revolución mexicana, fue visto en cadena nacional obligatoria para solaz del respetable. De por sí innecesario, el ridículo complementa la vitrina más destacada de este peculiar Ateneo de Insensateces.
Pero ése no fue el único regalazo. Como la crisis está instalada desde que empezó el sexenio, y presagia una debacle mayor, el feto nonato, el gasolinazo de todos tan temido, llegó para quedarse. Ya fue abortado contra todo pronóstico de sus promotores, ocurrentes y desnortados.
Se oyen los retintines más socorridos: no habrá crisis de medio sexenio, las finanzas del aparato están en condiciones excelentes de salud, ya se venció la emergencia sanitaria –aunque se rebasen los cien mil muertos–, un gran golpe al narco, se crearán tres millones de empleos, y… no más gasolinazos.
Los mensajes encriptados no quieren decir otra cosa que la rendición anticipada ante lo inevitable. Un catálogo de deseos truncos, recetados al público antes del hachazo final, el que vendrá inexorablemente de seguir las cosas como van. Porque una economía que ha sido arrasada desde sus cimientos no puede responder mágicamente ante los acontecimientos negativos.
Quieren el poder total, y exigen además impunidad e inmunidad
Ni la economía se recupera, ni bajan los delitos de alto impacto, ni se ha creado un solo empleo formal con prestaciones y salarios justos, ni se detienen las alzas a la gasolina, electricidad y diésel, ni aminora el efecto salvaje del narcotráfico en la vida de los mexicanos.
Todo forma parte, en el centésimo décimo aniversario del inicio de la Revolución, de fallas estructurales, no de cifras que puedan o quieran manejarse al contentillo de un régimen que, con dos años de vida, ya se encuentra en pleno estertor.
El objetivo es dejar la absoluta convicción de que, después de Morena, llegará el diluvio. Que ya no hay otra forma de organización que no deba basarse en el presidencialismo absolutista, en las Cámaras adocenadas, en la Judicatura dominada y envilecida y en una estructura administrativa al servicio de la delincuencia organizada.
Fuera de allí, todo es Cuautitlán. Llegaría el infierno de todos tan temido. La defensa de la soberanía popular es física y naturalmente imposible. La lucha por aferrarse al poder encuentra en estas expresiones triunfalistas su razón de ser. Está visto que no sólo quieren el poder total, exigen además la impunidad, y si se puede, la inmunidad.
Corrupción sin pruebas, pretexto ideal para abolir programas
Dicen liberar los precios para ser competitivos, para lo cual requieren que las gasolinas mexicanas –que ellos no producen, sólo importan– deben ser las más caras que en cualquier país petrolero que se respete. Las promesas incumplidas de principios del sexenio han destruido el ánimo y cualquier vestigio de credibilidad.
La corrupción sin pruebas es el pretexto ideal para abolir programas –incluso aquellos enfocados a los más pobres, que dicen son su prioridad–, cancelar fideicomisos y recortar el gasto público. La corrupción del entorno más cercano, el efectivo en sobres, los lujos familiares, las numerosas propiedades de los colaboradores estrella, las asignaciones directas a los cuates no entran en el imaginario presidencial.
Y el “caudillo” se enferma cuando se le enfrenta con las acusaciones, con la evidencia de los abundantes peculados. La mirada se vuelve torva, el coraje impotente asoma al rostro cuando fugazmente debe enfrentarse con la realidad. Pero la respuesta es rápida, contundente y lo regresa a la salud anterior:
Pasquines inmundos, prensa vendida, columnistas que perdieron privilegios, intereses oscuros de la defenestrada mafia del poder. Ningún presidente ha sido más atacado desde Madero, señal de que todos los fifís están amargados porque el poder ya no les pertenece. ¡Gulp!
Publicar gasolinazos en el Diario Oficial, ¡no es inflacionario!
El hecho es que en pleno 20 de noviembre del 2020, por instrucciones superiores, el tal Herrera, quien oficia desde la SHCP, eliminó el apoyo fiscal a las gasolinas y al diésel, por lo que los usuarios pagarán el cien por ciento del Impuesto Especial. Por cada litro de gasolina, los consumidores pagarán cinco pesos, y en el caso del diésel, necesario para la producción, algo así como cinco con cincuenta.
En el colmo de la sinrazón, el segundo titular de Hacienda en lo que va del sexenio opina que “nos parecía buena idea que la propuesta hubiera sido aprobada en la Cámara, porque así no hubiera tenido ningún impacto inflacionario. Era poner un piso cuando los precios de los hidrocarburos están muy abajo, pero decidimos facilitar el tránsito”.
O sea, publicado como Decreto en el Diario Oficial de la Federación, no tendrá repercusiones inflacionarias. Para correrlo de ese despacho presidencial sin miramientos. Lo que pasa es que Arturo Herrera no es, dentro del catálogo de inservibles, sino una raya más del tigre, ese indefinido que llaman la Cuarta Transformación. No es avis rara. Es igual a los demás.
Todos los candidatos de Morena serán lanzados a los leones
En todo caso, quienes deberían protestar con un grito en el cielo son los nuevos dirigentes de Morena y sus diputados, autorizados para buscar bien forrados la reelección en sus distritos y circunscripciones, así como sus postulados, aun nonatos, a las quince gubernaturas y a las alcaldías, pues se las verán negras para convencer al respetable y a sus posibles electores de que se trata de un gasolinazo sin efectos inflacionarios.
Se antoja de entrada, una tarea para grandes estadistas y enormes mentirosos, que los hay, sobre todo en campañas, no para una pandilla de mentecatos surgidos de las tómbolas lopezobradoristas, condenados a cargar sobre sus espaldas sólo con los triunfos de antaño.
Estos diletantes de la política, que nunca han sabido lo que es ganar los votos con el sudor de las costillas, serán lanzados físicamente a los leones. Se encontrarán de pronto con un electorado que les va a hacer ver su suerte, y hasta recordarles quiénes fueron sus ascendientes cercanos y remotos. Las tómbolas ya no responderán por ellos. Brincos dieran.
Ahora sí, ya todos sabemos para qué sirven las Fuerzas Armadas
Sobre el desfile militar, ni hablar. Detrás de las marcialidades y de las marchas dragonas de su caballería, todo mundo ya sabe qué es y a qué se dedica el ejército, después de haber sido desarmado para avituallar ese esperpento que resultó la Guardia Nacional.
Todo mundo sabe que, a cambio de tragar sapos sin hacer gestos, los grandes entorchados de la Defensa y de la Armada, fueron colmados con todo tipo de canonjías, poder y dinero sobre la población civil, sin consulta ni evaluación posible. Están contentos arriba, en la cúpula, pero abajo… Es todavía de pronóstico reservado.
La consigna mil veces demostrada de la Cuarta es que los ridículos ñoños se cubren con dinero del presupuesto. Y que la resistencia civil se doblega con impuestos, injurias… y gasolinazos, aún más crueles y caros que aquéllos a los que estábamos sujetos.
¡Qué forma tan rara de celebrar la Revolución mexicana!
¿No cree usted?
Índice Flamígero: José Antonio Lozano Díez, rector general de la Universidad Panamericana – IPADE concluyó exitosamente el periodo en ese alto cargo que inició el 20 de noviembre de 2014 hasta el jueves más reciente. Durante su rectorado se adquirieron las 40 hectáreas del terreno que constituirá Ciudad UP, en Bosque Real, municipio de Naucalpan. Asimismo, se concluyó la Fase 1 de ese proyecto, que incluye el primer edificio. Este proyecto hará que la Universidad Panamericana tenga el campus más grande de una universidad privada en América Latina. Asimismo, se impulsó mucho la investigación, llegando a la cifra de 140 profesores miembros del Sistema Nacional de Investigadores (México), duplicando la cifra que existía cuando asumió la rectoría. La producción académica se triplicó en ese periodo. Gracias a eso, la UP empezó a figurar en los rankings de universidades, y se colocó como la tercera mejor institución privada de México, de acuerdo con el índice QS. Avanzó cincuenta posiciones globales en el ranking y doscientas en América Latina. Además, se colocó como la mejor universidad mexicana, según la encuesta del periódico Reforma. Lozano Díez pasó a ocupar el alto cargo de presidente de la Junta de Gobierno del Sistema UP-IPADE. ¡Enhorabuena!
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